FENÓMENO "EL NIÑO": SE PERDIERON 6 MILLONES DE KILOS DE AJO POR EFECTO DE LAS LLUVIAS

Es porque, con la dificultad para secarlos, se malogró su calidad exportable. Aseguran que si continúan las precipitaciones las pérdidas pueden ser aún mayores. Magra infraestructura para secar en Mendoza. Impacto.

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Con 40% del ajo ya cosechado en Mendoza, productores y exportadores aseguran que ya se perdieron más de 600 mil cajas de ajo de exportación, por las lluvias. El evento El Niño, que trajo aparejada una mayor cantidad de precipitaciones en la zona, dilapidó la calidad de unos 6 millones de kilos de ajo.

“Teniendo en cuenta que una hectárea de ajo da como rendimiento promedio unas 800 cajas de 10 kilos y este año tenemos unas 8.370 hectáreas implantadas, ya se estima que se han perdido 600 mil cajas de exportación, una suma que se podría incrementar si continúan las precipitaciones ya que la mayoría del ajo en Mendoza se seca al aire libre”, dijo Guillermo San Martín, gerente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen).

Según datos del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), el área sembrada este año se redujo 14% respecto de la destinada al cultivo de ajo durante el período agrícola 2014. Así las cosas hay 8.371 hectáreas implantadas, esto es, cerca de 1.350 hectáreas menos que en el ciclo agrícola previo, cuando se habían superado las 9.700 hectáreas.

“A pesar de que Argentina es el segundo exportador mundial de ajos y la región Mendoza - San Juan es la que aporta más del 90% de este producto, el manejo post cosecha del ajo en Cuyo  es bastante rudimentario, confiando en que las condiciones agro ecológicas “normales” no comprometan el secado de esta especie. En primaveras como ésta, frías y húmedas, el productor no está preparado con estructuras de secado rústicas pero seguras”, sostuvo el ex coordinador nacional del Proyecto Ajo y profesional Asociado del INTA La Consulta, José Luis Burba.

Para San Martín, de Asocamen, la situación es grave. “La verdad es que no sabemos dónde va a terminar esto, porque hasta mediados de diciembre seguimos cosechando, ya que este año el arranque de la temporada tuvo un atraso de unos 15 días”, indicó un ejecutivo.

Tierra húmeda, otro problema

Como típica especie originaria de zonas desérticas, las lluvias y la humedad relativa ambiente alta, particularmente sobre cosecha, según destacan los especialistas, afectan principalmente la posibilidad de lograr cosechar en el momento óptimo del producto, ya que las máquinas no pueden trabajar y la cosecha se demora.

“Ese retraso afecta la calidad del bulbo ya que puede perder las envolturas por sobre maduración y bajar el valor comercial del producto. Por otra parte, la tierra húmeda sobre el bulbo, difícil de retirar manualmente,  en el momento del arrancado implica casi con seguridad el ataque de hongos, particularmente las llamadas carbonillas que comprometen el aspecto del bulbo y  éste pierde calidad de exportación. Esto es más grave en ajos blancos que en ajos morados”, señaló Burba.

En Mendoza, este año se implantaron  4.146  hectáreas de ajo colorado (49 por ciento de la superficie), el ajo morado alcanzó las 2.997 hectáreas (36 por ciento), los ajos blancos criollos sumaron  722 hectáreas y otras variedades 550 hectáreas en toda la provincia, el 15% restante en total.

Daniel Espósito, empacador y productor, también se mostró preocupado por la situación y sostuvo que el clima ha sido una variable complicada para esta cosecha. “Nos está complicando  en los empaques la entrada de ajo con tierra húmeda que hace que se pierda calidad. Es un problema generalizado”, puntualizó el empresario.

Agregó: “Estas lluvias intermitentes nos generan que un día se pueda entrar a las fincas y otro no. En este sentido, se está corriendo el riesgo de no cosechar con el punto de  maduración óptimo y con ello se pierde calidad exportable”.

Por su parte, Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio exterior de Cuyo, aseguró que, lógicamente, la cantidad de lluvia que ha caído y los pronósticos sobre los próximos meses que indican que atravesaremos un verano muy lluvioso, pueden afectar la producción no sólo del ajo sino de la agricultura en general.

“Es recomendable, entonces, que los productores tomen las debidas precauciones para evitar los inconvenientes que el exceso de humedad puede producir en los diversos cultivos locales”, subrayó Bustos Carra.

Medidas para atenuar la crisis

Según José Luis Burba, ex coordinador nacional del Proyecto Ajo y profesional asociado del INTA La Consulta, es necesario estar muy atentos a los cultivos de ajo en este momento del año. Para el especialista, la "alta humedad relativa del ambiente y el tiempo fresco, típico de año de El Niño en la región cuyana, promueve el ataque de roya en plantas adultas.

Esta enfermedad causada por un hongo, deja a la planta sin hojas en muy poco tiempo y, como consecuencia de ello, hay pérdida de productividad. Esta enfermedad es más grave en ajos blancos y morados, de cosecha temprana en noviembre, que en ajos colorados de cosecha tardía en diciembre”.

El técnico recomienda a los productores que ante pronósticos de lluvias sobre el momento de cosecha se debe evitar dejar los ajos cosechados en ballenas. “Hay que orearlos de la manera más rápida que se pueda y llevarlos inmediatamente a caballetes o secaderos, promoviendo de esa manera que la tierra pegada a los bulbos se seque lo más rápido posible”.

Advirtió que “dejar el ajo en el campo para que se seque al sol trae como consecuencias otro tipos de anormalidades y defectos que comprometen particularmente al ajo que desea venderse varios meses después de la cosecha”.

FUENTE Y FOTOS: Los Andes - Periodismo365

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