A ello se suma el incumplimiento de pago a técnicos que desarrollan tareas full time. Mientras la directora del nosocomio, Miriam Machado, permanece de licencia por cuestiones de salud, el principal centro asistencial público de la región sigue siendo materia de cuestionamiento por pacientes como de trabajadores de distintos sectores, que incluso por temor a represalias o a la pérdida de su fuente laboral son reacios a exponer la situación.
A su vez el imponente nuevo edificio aún no es utilizado en todo su potencial por la falta de algunos equipamientos, como es el caso de la guardia de emergencias que espera la instalación de un grupo electrógeno y de las conexiones de oxígeno para descomprimir la tensa situación que se vive en el lugar donde actualmente cumplen funciones los profesionales.
La problemática que viene exponiéndose con insistencia se mantiene y se acentúa, y lejos de solucionarse pareciera que no existe ni interés ni voluntad en poner fin a un estado cercano a la anarquía. Se cumplen atenciones mínimas y los pacientes deambulan de uno a otro lado a la espera de respuestas, con médicos, técnicos y enfermeros sobrecargados, que terminan siendo el paragolpes de los reclamos.
Sólo al co-director, licenciado Rolando Gauna, se lo observa tratando de dar respuestas aunque dentro de las limitaciones existentes.
Así se lo vio recorriendo en la siesta del lunes distintas dependencias e interiorizándose sobre el estado de las ambulancias. Incluso ayer fue objeto de epítetos por parte de familiares de un jovencito fallecido la semana pasada por supuesta leptospirosis.
GUARDIA DE EMERGENCIAS EN SITUACIÓN CRÍTICA
Los cinco profesionales médicos que se desempeñan en la guardia de emergencias siguen aguardando definiciones sobre el traslado al nuevo sector, que no sólo permitirá ofrecer una mejor atención, sino también restringir el acceso para resguardar su integridad, atento a las agresiones sufridas en los últimos tiempos.
De todas maneras, las quejas de pacientes por la mala atención de un par de profesionales es constante. La crítica situación ha llevado a uno de los médicos de dicho sector a analizar seriamente presentar su renuncia al finalizar este mes, debido al estado de estrés permanente y a complicaciones de salud que le ha generado la situación que allí se padece.
EL LABORATORIO, SIN REACTIVOS
El área de laboratorio de análisis clínicos es una de las que padece carencias. “Señores pacientes: por falta de reactivos e insumos nos vemos obligados a restringir la atención de consultorio externo a urgencias únicamente hasta nuevo aviso. Sepan disculpar tal eventualidad ya que escapa a nuestra voluntad”, reza un cartel en la puerta de dicho sector.
Los carteles que se exhiben en la puerta del laboratorio de análisis clínicos reflejan parte de la dura realidad del Hospital 4 de Junio, el más importante de la región y en pleno estado crítico.
Otro cartel advierte que desde el 22 de febrero no se atienden personas que tengan solicitados análisis para ingreso a la docencia y a la universidad “debido a la falta de reactivos suficientes para atender tal demanda”, aunque aclara que los estudios realizados en laboratorios privados podrán ser avalados con el sello respectivo de autoridades del hospital.
A ello se suma que los técnicos de la dependencia no perciben sus haberes por dedicación full time desde septiembre, cuando se notificaron para desempeñarse 44 horas semanales, a razón de 9 horas diarias y las guardias respectivas.
Esta situación impide que los profesionales puedan cumplir tareas en establecimientos privados, pero a su vez no reciben el reconocimiento salarial por este desempeño.
SIN INSUMOS PARA RAYOS X
“Disculpe, señora, no tenemos placas desde hace dos semanas. Vuelva otro día”. La respuesta la ofreció quien se desempeña en el área de Rayos X ante la insistencia de una mujer que desde hace dos meses deambula por dicho sector con una orden médica para una placa radiográfica, quien con evidente fastidio optó por retirarse.
Esta situación se repite a cada momento, y una vez más el trabajador del área termina siendo objeto de la bronca y los insultos.
“Una señora vino a hacerse una radiografía y como no había placa sacó una foto del monitor con su celular: a ese punto llegamos”, dijo entre asombrado y resignado un paciente que también esperaba ser atendido, poniendo de manifiesto una realidad palpable.
FUENTE Y FOTOS: Norte - Periodismo365
