LOS BANCOS DE INVERSIÓN TODAVÍA VEN RIESGO ALTO EN LA DEUDA ARGENTINA

La salida del default hizo que las agencias calificadoras mejoraran su nota para los títulos soberanos. Pero a la hora de recomendar a sus clientes, los gestores de portafolios de inversión siguen considerando que los nuevos bonos son para quienes están dispuestos a hacer una inversión especulativa.

Primero se escucharon los aplausos y los elogios. Desde el microcentro porteño hasta Wall Street, desde los economistas locales hasta el mismísimo Paul Singer, todo el mundo congratuló al Gobierno por la exitosa colocación de u$s16.500 millones a una tasa promedio de 7,14%.

Pero pasada la euforia inicial, empieza a quedar en claro lo duro del camino por recorrer: a fin de cuentas, por más que la tasa de interés lograda aceptada por el mercado le haya permitido a Alfonso Prat Gay jactarse de lo mucho que había mejorado la confianza en el país, lo cierto es que la deuda soberana argentina todavía paga casi el doble de sus vecinos de la región que gozan de la categoría "investment grade".

¿Cuánto falta para que la Argentina pueda retornar al ansiado club de los países cuya deuda es considerada de bajo riesgo y que, por consiguiente, puede ser elegible para los principales fondos de inversión?

Las primeras pistas al respecto surgieron en las últimas horas, en los informes realizados por agencias calificadoras de riesgo, bancos de inversión y medios especializados de Wall Street. Y las conclusiones pueden aplacar las ganas de festejar: todos ven un largo camino hasta que la Argentina pueda ser considerada "normal".

Dicho en términos de la jerga financiera, hay quienes se resisten a dejar de verla como un mercado "de frontera" y reclaman más reformas. Y, mientras tanto, se quejan de que los bonos de más largo plazo -los de 30 años- deberían pagar una tasa más alta para compensar el riesgo.

Seis escalones de distancia

La agencia que primero dio su opinión fue Moody's, incluso en los días previos al lanzamiento de los bonos, ya que elevó la nota de la deuda argentina a "B3", apenas se conoció el fallo de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que le permite regularizar sus obligaciones con los acreedores.

Con esta suba en la calificación, la Argentina está a seis escalones de alcanzar el nivel de "investment grade", un objetivo que de ser planteado es de largo plazo, pues conocedores del tema consideran que conseguirlo puede demandar unos cuatro años.

Más en el corto plazo, el tema de haber salido de la categoría "credit default" va más allá del valor simbólico, pues con la nueva calificación se está en condiciones de captar fondos de entidades que antes tenían vedado el acceso.

En un comunicado, Moody's destacó que "la probabilidad de quela Argentina realice pagos a los tenedores de bonos reestructurados aumentó significativamente después de que la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos fallara en favor dela Argentina".

También reaccionó en forma favorable la agencia Fitch Ratings, que asignó a la deuda soberana la nota "B", aunque según su escala la sigue calificando como de "grado especulativo".

De esta manera, los títulos argentinos se alejan así del grado de default, aunque todavía no alcanza el de inversión. Dentro de la escala que aplica Fitch, esa nota "B" representa a los países "con solvencia garantizada, aunque existen ciertos riesgos de impago".

En igual sentido, la agencia destacó "las mejoras en las políticas económicas que tomó el gobierno de Macri desde diciembre cuando levantó los controles de capital y dejó que el peso flote más libremente, la reducción de los subsidios a la energía y el transporte", al tiempo que subrayó que "ha comenzado a abordar los desequilibrios macroeconómicos que existen desde hace mucho tiempo".

La calificadora señala que "la perspectiva estable de la calificación de B3 de Argentina balancea nuestras expectativas de un impulso de reformas positivas sostenidas y de una estabilización de los niveles de reservas con los aún considerables desafíos macroeconómicos".

También señala qué debería suceder para mejorar un poco más la nota: "Dependerá de un progreso continuo y sostenible, cuyo objetivo sea reducir los desequilibrios macroeconómicos y disminuir los altos déficits fiscales e índices de inflación".

Objeciones a la hora de recomendar

En las últimas horas se conocieron sendos informes a sus clientes de los bancos Morgan Stanley y Bank of America, dos de los más influyentes entre los inversores a nivel global. Ambos tienen en común que elevaron la ponderación de los bonos argentinos en sus carteras, tras la reciente emisión del acuerdo con los holdouts.

En opinión del primero de ellos, "la Argentina vuelve a tener un potencial muy atractivo para los próximos años, desde el punto de vista de un administrador de carteras".

Especialmente, en un contexto en el que las condiciones externas pueden volverse más desfavorables para los activos de riesgo en la segunda mitad del año.

No obstante, al momento de elegir en que bonos invertir, el analista Robert Tancsa recomendó volcarse decididamente a los bonos de más corto plazo, es decir los de 3 y 5 años.

Para justificar su elección, Tancsa consideró como negativo que los rendimientos para los diferentes plazos no muestran mayores diferencias, por lo que espera que la "curva de rendimientos tienda a ser más pronunciada en la medida que se aleje el riesgo de impago a corto plazo".

Dicho de otra manera, estima que con el paso de los días, los bonos de más largo plazo terminarán pagando en el mercado secundario tasas de interés mucho más altas que justifiquen el hecho de tener que aguardar 10 o 30 años para recuperar el 100% del capital invertido.

"Nosotros sólo nos volcaríamos a los bonos más largos, una vez que la curva de crédito esté adecuadamente empinada", agregó.

En su opinión, el mayor riesgo que involucra la operación es la posibilidad de que se concrete una venta masiva de títulos que podría afectar fundamentalmente a los de más corto plazo.

Por su parte, desde Bank of America Merril Lynch también apuesta a los nuevos bonos en su cartera.

El acuerdo con los holdouts y la normalización de la política económica ayudarían para lograr una recuperación de la actividad económica en la segunda mitad de 2016, potencialmente dirigida por la inversión, afirmaron los analistas Jane Brauer y Sebastián Rondeau. “

A favor de los bonos recientemente lanzados, se consigna que sus rendimientos aún permanecen relativamente altos, pese a la mejora de las perspectivas, las medidas fiscales ya aplicadas, un elevado PBI per cápita y una deuda pública relativamente baja.

En cuanto a la clásica "disputa" entre los bonos bajo ley local y los extranjeros, desde el BofA e esperan un cambio en la composición de las carteras en beneficio de los segundos, ya que "los inversores en mercados emergentes han venido privilegiando a los primeros por cuestiones legales y ahora podrían tener la oportunidad de incrementar su rendimiento, mejorar la legislación, incrementar los tiempos de las inversiones y mejorar su liquidez"

No obstante, al momento de advertir qué dificultades podrían entorpecer su recorrido a futuro, sostuvieron que "en dicha lista podrían incorporarse un crecimiento más lento, una crisis monetaria, un ajuste fiscal más lento de lo esperado, una crisis más profunda en Brasil, la mayor aversión al riesgo global y altos diferenciales de los emergentes podrían afectar negativamente las valuaciones".

Asombro desde los medios financieros

El diario The Wall Street Journal, verdadera biblia del principal centro financiero mundial, dio una atención inusitada a la emisión de bonos argentinos. La visión en general fue positiva y se destacaron cinco datos clave:

•Es la mayor emisión de la Historia de un mercado emergente. La emisión de u$s16.500 millones supera ampliamente la colocación de Petrobras, de mayo de 2013 por u$s11.000l millones.
•En su momento se trató del mayor default soberano en la historia. El monto defaulteado por Argentina, que superó los u$s80.000 millones, solo fue superado en 2012 por el impago de Grecia, que rondó los u$s138.000 millones.
•La emisión argentina llevará a la venta de bonos de mercados emergentes a un nuevo récord este año.En 2015, los países emergentes emitieron deuda por u$s42.000 millones.
Este año se espera que, con la emisión argentina se alcance un nuevo récord, de u$s66.500 millones, superando los u$s64.000 millones que habían sido el último récord en 2012.
•Grandes ganancias para los fondos buitre. Algunos holdouts que intervinieron en el acuerdo obtendrán ganancias del 900 por ciento.
•Una tasa similar a la de El Salvador. La tasa ofrecida -promedio del 7,14% para sus cuatro tramos- es casi la misma que la que ofrece El Salvador por deuda similar.
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FUENTE Y FOTOS: iProfesional - Periodismo365

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