POR LOS TARIFAZOS, ALTAS TASAS Y BRASIL, HAY FÁBRICAS QUE PRODUCEN AL 50%

En el sector metalúrgico, el uso de capacidad instalada de las fábricas está en el 50% según el último informe de actividad de la Unión Industrial Argentina.

El sector automotor y la industria metalúrgica son los que más sufren la crisis del país vecino. Nadie prevé una rápida recuperación con la gestión de Temer y esperan a 2017.

La suspensión de Dilma Rousseff y la asunción de Michel Temer en Brasil, con cambio de gabinete incluido, implica barajar y dar de nuevo para el Gobierno, mientras que para las empresas y analistas, si bien el mercado puede llegar a “bendecir” las nuevas medidas del vecino, la recuperación de la economía brasileña tardará en llegar y seguirá impactando en las fábricas de este lado de la frontera.

Por la caída de las exportaciones a Brasil, comandadas por el sector automotor, en el sector metalúrgico el uso de capacidad instalada de las fábricas está en el 50% según el último informe de actividad de la Unión Industrial Argentina.

“La utilización de la capacidad instalada de la industria metalúrgica presentó una caída en términos interanuales del 16,3% en el primer trimestre, ubicándose en torno al 50,3%. Este nivel se encuentra por debajo de los exhibidos los últimos años”, detalla el análisis del Centro de Estudios de la UIA.

Con el derrumbe de la producción y venta de autos en Brasil, la caída de las exportaciones del sector metalmecánico argentino alcanzó el 50,5% en el primer trimestre –a todos los destinos– contra el mismo período del año anterior.

Tanto en metalurgia como en construcción el Gobierno reconoce que hay problemas de pérdida de empleo, si bien se encargan de remarcar que “a nivel general no hay una crisis de empleo”, en medio de un intento por desactivar la ley antidespidos que podría cobrarse el primer veto de Mauricio Macri en la presidencia de la Nación –un recurso que utilizó en reiteradas oportunidades como jefe de Gobierno porteño–.

La industria automotriz local acusa una caída de exportaciones del 30% en lo que va del año, una baja “estable teniendo en cuenta el nivel de actividad que viene registrando Brasil, principal socio comercial  para nuestro sector y sobre el cual no se vislumbran cambios inmediatos”, según explicó Enrique Alemañy, presidente de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa).

En tanto, en el arranque de su gobierno interino, Temer decidió concentrar más poder económico, designar en Hacienda al ex Banco Central Henrique Meirelles e intentó disolver el Ministerio de Industria, aunque la presión de la CNI –la UIA brasileña– y la Fiesp, la Federación de Industrias de San Pablo, lo llevó a dar marcha atrás.

“Fortaleció la presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores –a cargo de José Serra– y el presidente mismo va a coordinar el trabajo de exportaciones”, detalló el ex secretario de Comercio de Lula, Welber Barral, para quien la idea de tener mejor coordinación entre los ministerios y priorizar la promoción comercial es interesante.

De todas formas, aclaró que si bien hubo algunas respuestas por el cambio de expectativas como que se detuviera la salida de capitales, la recuperación va a ser lenta. En el mejor de los casos, se puede apuntar a un crecimiento “cero” el año próximo, en un escenario optimista. Para este año, se estima que la caída del PBI brasileño podría llegar al 4%.

“Si el programa económico que presenta Temer consigue el aval legislativo, avanzarán las medidas, cambiarán las expectativas y es probable que hacia fines de año Brasil deje de caer y pueda empezar 2017 con una economía que comienza a mejorar”, sostuvo el ex secretario de Industria y titular de la consultora Abeceb.com, Dante Sica, que también estimó que se podría pasar a números positivos recién en 2017 para la economía del principal socio comercial.

Uno de los puntos que preocupan a los empresarios locales es la posibilidad de que los productos brasileños que no encuentran mercado en su propio país busquen entrar en la Argentina. “Esto lo hablamos con las autoridades anteriores y habían entendido que lo mejor es salir juntos a buscar nuevos mercados”, indicaron en el área de Producción, donde ahora, sin embargo, deberán volver a negociar con las nuevas autoridades, encabezadas por el ministro de Industria, Marcos Pereira, un pastor evangélico, líder de la Iglesia Universal y actor clave en la votación para suspender a Rousseff.

FUENTE Y FOTOS: Perfil - Periodismo365

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