LA TEXTIL MÁS GRANDE DEL NEA, PARALIZADA POR LAS IMPORTACIONES Y RECLAMOS SALARIALES

Los dueños de la fábrica, que abrió otra sede en Chaco;  avisaron a obreros que no pueden cumplir con pauta salarial porque es perjudicada por las importaciones.

Trabajadores de la fábrica correntina Tipoití, la textil más grande del NEA, iniciaron una protesta en reclamo de una mejora salarial del 40 por ciento y amenazan con paro.

Esta fábrica correntina multiplicó por 4 su planta de trabajadores en la última década y abrió otra sede en Chaco. Ahora, padece un conflicto salarial producto de las bajas ventas y la apertura de las importaciones decidida por el gobierno nacional.

En 2012, la Nación había otorgado un Crédito Bicentenario de 12 millones para ampliar su producción y ahora dice estar en crisis para pagar aumento salarial.

Los obreros protestan con ollas populares. El delegado de la empresa textil Tipoití, Gustavo Bravo, indicó que “estamos realizando una protesta debido que no pudimos cerrar el tema del convenio por empresas y no logramos una mejora, estamos protestando acá afuera por una olla popular, para que nos escuchen los distintos reclamos que tenemos”.

Además remarcó que “la idea no es perjudicar a al empresa, pero no nos escuchan, no aceptaron ninguna propuesta que presentamos”. La empresa familiar fue fundada en el año 1949. Se especializa en mejorar la calidad del algodón en bruto hasta el hilado. Uno de sus socios fundadores fue Agop Seferian quien constantemente incentivó la educación y capacitación técnica en la provincia. En la actualidad, junto a otras tres industrias, constituye una de las principales consumidoras de algodón.

La imponente fábrica abarca 50 hectáreas desde la avenida Armenia hasta el borde del río Paraná en Corrientes. En 1950 cuando la industria se instaló, ese sector de la ciudad estaba deshabitado, pero hoy en día pertenece a uno de los asentamientos urbanos en notable crecimiento.

El contraste genera desde hace una década, el insistente reclamo de los vecinos por la contaminación que la fábrica produce en el aire. De manera persistente habitantes de los barrios aledaños como el Molina Punta, Apipe e Industrial, se quejan de los desperdicios prodigados por Tipoití que se observan a menudo en el aire. Estos residuos a simple vista parecen pequeñas pelusas que se adhieren a la ropa, e inclusive se respiran y absorben por los poros de la piel.

Más allá del reclamo vecinal, la industria con sello correntino fue la única que se mantuvo en pie en las últimas décadas y es sinónimo de orgullo para los habitantes de la zona. Es que tanto su fundador como sus herederos contribuyeron a fortalecer la educación técnica en la región, con la intención de formar estudiantes que estuvieran capacitados para la actividad industrial.

Pero los avatares económicos golpearon duro durante la vida de la fábrica. “Tipoití perdió mucho dinero durante la crisis del 2001 y 2002, sufrió por la devaluación y se cayó una gran parte de su capital, pero de igual manera pagó todas sus deudas sin entrar en convocatoria de acreedores y pagando los más altos salarios de las hilanderías del país”, resaltó el director de Tipoití, Jorge Eduardo Vartparonian.

En cambio, en 2006, sumó más personal para llevar a cabo un nuevo proyecto que significó un incremento en la producción del 15 por ciento.

FUENTE Y FOTOS: Misiones On Line - Periodismo365

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