‘Vamos a hacer feria este domingo a la siesta. Hace frío pero qué le vamos a hacer. Publicá vos y yo mando los whatsapp a los contactos‘, le dice Carolina a su amiga Natalia. La primera de ellas vive en el barrio Monseñor de Carlo, y la segunda en el Puerta del Sol.
Entonces optan por elegir un lugar intermedio y se ubican en inmediaciones de la avenida Malvinas Argentinas. Carolina tiene dos hijos y quedó cesante de un empleo que tenía, y Natalia está a cargo de un hermanito porque su madre se operó.
‘Con las ventas, juntamos y el lunes vamos al mayorista a hacer algo de mercadería‘. ¿Qué venden, cómo hacen para juntar las cosas?, les preguntó el cronista de diario Norte. En la feria exponen calzados usados y algunos nuevos que no pudieron usarse, como también ropas. ‘El otro día y a pesar de que Argentina ya había sido eliminada del mundial, vendí una bandera grande a una señora que su hijo tenía una obra en la escuela‘, comentó.
EN CASI TODOS LOS BARRIOS
El caso de estas dos chicas es solo uno de los tantos que hay en la ciudad termal. Hay en la mayoría de los barrios y se multiplican. ‘Capaz mañana compre algunas mercancías y me junte con algún vecino así le peleamos precio al mayorista‘, comenta Gustavo Coria, del barrio Lamadrid, que está muy satisfecho porque pudo vender tres camperas que le mandó su hermana de Buenos Aires.
La crisis económica que atraviesa el país se resiente día a día en los bolsillos de los argentinos. Y ante las necesidades, se acrecientan cada semana los grupos de personas que en las redes sociales invitan a participar de trueques de ropas y hasta alimentos.
MANTEROS TRADICIONALES
Durante los últimos meses, y como ya se ha expuesto en estas páginas, a los puestos tradicionales de venta callejera que se sitúan sobre las calles y avenidas céntricas se suman las personas que se instalan en plazas y avenidas ‘para tratar de vender algo que nos salve el día’, dice Juana Patiño, una mujer del barrio Sarmiento.
SE VENDE DE TODO, HASTA POMADAS
Así, en la recorrida que hicieron los cronistas de diario Norte ayer por la mañana pudieron ver que se puede encontrar desde pomadas para dolores musculares y shorts estampados hasta las variadas prendas para el invierno como guantes, bufandas y hasta gorritos.
Y en cada puesto de venta predomina la premisa que indica que el trabajo que se realiza sirve para sobrevivir y nada más. Incluso los mismos vendedores afirman que las ventas bajaron considerablemente en los últimos meses, agravando aún más la difícil situación que atraviesan centenares de familias que no pueden ingresar en el circuito laboral formal y tratan de conseguir algo con las ventas que generan día a día.
FUENTE Y FOTOS: Norte
