SÁENZ PEÑA - "NO SE VENDE NADA": AUMENTA LA POBREZA TRAS LAS INUNDACIONES

El comercio y los servicios sienten el fuerte impacto por las inundaciones. “No estamos vendiendo nada”, confirmó el empresario supermercadista René Maurino, con sucursales en Sáenz Peña y el interior provincial. Desde Sáenz Peña señalan que la situación complicará más las ventas en un contexto ya de por si complicado que atravesaba el sector comercial.

Si la inundación generó grandes complicaciones en muchas zonas de la ciudad, desde el sector comercial indican que ahora que el agua bajó se notará aún más el verdadero impacto generado por este fenómeno climático. 

Es que al perjuicio que esto va a generar en las ventas, acentuando un contexto ya de por si complicado que atravesaba el sector comercial a partir de la desaceleración producto de la inflación, la presión impositiva y tributaria y otros condimentos, ahora se suman los daños colaterales por efecto del agua, en las instalaciones de los comercios de zonas más complicadas, los equipamientos comerciales y en algunos casos hasta mercadería, ya que hubieron zonas donde permanecieron varias horas sin luz y los productos que perdieron la cadena de frío, directamente debieron ser descartados.

Desde el sector supermercadista indicaron que si bien la situación de desaceleración en las ventas ya se venía observando a partir del contexto económico de crisis, ahora en la zona con la emergencia hídrica “no estamos vendiendo nada”, dijo el empresario supermercadista René Maurino a colegas de diario Norte. Maurino es titular de una de las firmas más importantes del sector con sucursales en el interior provincial. Las grandes lluvias hicieron que “la gente del campo quedara aislada y no venga a comprar” pero “por estos días ni siquiera la gente de la ciudad está viniendo, vemos muy poco movimiento”, indicó.

SITUACIÓN DE DESASTRE TANTO PARA LA CIUDAD Y EL CAMPO

Desde el sector, califican a la situación como de “desastre tanto para el campo como para la ciudad”, en este último caso atendiendo el importante grado de dependencia que este tiene en las economías del interior de la provincia.

A este contexto no escapa absolutamente ningún sector del comercio, en especial aquellos sectores que ya venían más castigados, donde la recesión se hace sentir aún más y en los pequeños comercios de los barrios, que tuvieron agua varios días, cuyos propietarios hacen referencia al grave perjuicio que les significaron los inconvenientes que ello significó.

VENTAS DISMINUYERON UN 50%

“La recaudación disminuyó la mitad” admiten algunos comerciantes del medio. La definición aparece como alarmante, ya que refiere el impacto que genera la emergencia en el sector.

Eso genera un panorama de incertidumbre de cara al futuro ya que eso complica aún más, la compleja situación que ya se venía evidenciando, con bajas ventas a partir del incremento de precios, la permanente asfixia impositiva, tributaria y de cargas patronales que generan una fuerte presión sobre el sector. Otro de los efectos de la emergencia hídrica ante el contexto del sector podría derivar en que “haya mayor morosidad para hacer frente a los compromisos” indicaron desde la Cámara de Comercio.

¿LA CRISIS PODRÍA REFLEJARSE EN EL EMPLEO? 

El panorama que se observa en el sector, también genera otro interrogante sobre el impacto que pueda llegar a tener en las fuentes laborales, ya que hasta aquí el sector empresario, había ingeniado alternativas para mantener las fuentes de trabajo y así evitar trasladar el impacto a las fuentes de empleo.

“Sin dudas, todo este cuadro de situación va a afectar a todo el circuito comercial porque aún hoy nuestras ciudades dependen en gran medida del campo”, analizó Hugo Aguado, secretario general del Centro de Empleados de Comercio. La muestra es que “cada vez que le fue bien al campo, le fue bien al comercio y las ciudades”, agregó.

“Sin dudas que esta situación va a incidir en el comercio en general, y en los del sector ligado a la actividad relacionada con el campo”, sostuvo Aguado quien agregó que “sin dudas esto puede llegar a incidir en el empleo, cuestión que tal vez no se de en lo inmediato pero si en el futuro”.

Por otra parte calificó a la emergencia como “un golpe más a toda la situación que ya venía atravesando el comercio, por la inflación, la asfixia impositiva y otras cuestiones” y resumió “el otra gota que sigue rebalsando el vaso”.

De todas maneras un viejo refrán popular señala que “la esperanza es lo último que se pierde” y en ese sentido Aguado dijo que “ojalá haya una recuperación, y que los pronósticos que existen e indican lluvias hasta junio no se den, porque estamos en un contexto realmente complicado”.

FUENTE Y FOTOS: Norte - Imagen Portada Ilustración Web

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