HURTOS PARA COMER: SE INCREMENTÓ EL ROBO DE ALIMENTOS EN SUPERMERCADOS Y ALMACENES

Semanas atrás, el caso de una anciana de 80 años que fue acusada de robar en un supermercado del noroeste capitalino, y que terminó falleciendo, presuntamente, a causa de la detención en una comisaría, puso al descubierto este drama social. Preocupa el robo de alimentos en súper y almacenes de Córdoba. El gremio de los vigiladores privados de Córdoba advierte por un incremento en los casos de “hurtos” para comer.

Por lo general, no se denuncian, atendiendo a la situación de vulnerabilidad social de los autores. No son masivos y, por ahora, no están descontrolados. Pero vienen en aumento, lo que enciende algunas luces de alarma. Hablamos de los robos hormiga de alimentos en supermercados y almacenes de la ciudad de Córdoba por parte de personas en situación de vulnerabilidad social.

La terminología jurídica los denomina “hurtos famélicos”, y aunque muchas veces son descubiertos en el mismo momento en que son cometidos, no siempre terminan denunciados atendiendo a la condición de extrema necesidad de los autores.

Las grandes superficies son los principales escenarios de estos hechos. La amplitud de sus salones de ventas, la masividad de la concurrencia y la despersonalización en la atención facilitan los hurtos. Aunque también suceden en pequeños negocios de barrio.

Frente a la mayor recurrencia de estos hechos, la actitud de la Justicia no viene siendo homogénea, aplicando criterios diferentes ante casos similares, y apelando a un estante u otro de la biblioteca jurídica para penalizar o liberar a los autores de este tipo de robos.

Para comer

Una campera holgada, un carrito de bebé con las mantas desordenadas, un bolso con bolsillos de sobra. Las tácticas son variadas, pero los productos elegidos son siempre de las mismas góndolas: cajas de leche, panificados, bandejas de carne, paquetes de fideos, algún champú o jabón de tocador.

Según el gremio de los vigiladores, este tipo de hurtos comenzó a incrementarse en los últimos meses. “Nuestros afiliados están reportando un aumento de casos de robo de alimentos en los súper. Se trata de personas mayores o en situación de calle, a veces con niños, que hacen robos hormiga escondiendo productos entre sus ropas”, aseguró Gustavo Pedrocca, secretario general del Sindicato de Vigilancia y Seguridad Comercial, Industrial e Investigaciones Privadas de Córdoba (Suvico).

El dirigente explicó que los guardias detectan los robos a simple vista o a través de las cámaras de monitoreo que hay en los locales. “Es gente que roba comida para comer, ellos o sus hijos. No roban otras cosas, como bebidas o perfumes. Estamos notando un incremento en estos robos desde hace tres o cuatro meses”, explicó. “Primero eran casos aislados, pero vienen creciendo. Ni en Navidad, que es una fecha muy sensible, veíamos la cantidad de robos hormiga que hay hoy”, aseguró Pedrocca.

Desde la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Córdoba (Casac), su presidente, Víctor Palpacelli, también dijo que los robos hormiga se han incrementado en los últimos meses, aunque señaló que todavía no representan un problema serio para la mayoría de las cadenas.

“Lo estamos notando en los desvíos de mercadería cuando hacemos control de stock. Estas épocas de crisis socioeconómicas son propicias para los robos tipo hormiga. Si bien aumentó el índice de esta modalidad de hurto, todavía no es muy marcado. Esperamos que no se profundice”, confió el supermercadista.

Lo mismo observan en los almacenes y despensas de la ciudad. “Lo que más ha aumentado son los microrrobos de pequeños productos, ante la distracción del almacenero”, afirmó Vanesa Ruiz, gerenta del Centro de Almaceneros de la Provincia de Córdoba.

“Los autores son, en su mayoría, personas jóvenes que aprovechan la oportunidad y se llevan algún producto que está al alcance de la mano”, explicó.
Pocas denuncias

La característica fundamental de estos hurtos, tanto por el objeto de estos como por la condición social de los protagonistas, más que marcar el incremento de un tipo de delito, reflejan un drama social difícil de abordar.

De hecho, la inmensa mayoría de estos hechos no son denunciados ante la Justicia, incluso a pesar de que muchos de los robos son descubiertos y los ladrones identificados en los mismos salones de venta.

“La decisión de detener a esas personas es de los responsables de los locales comerciales, y no de los vigiladores. Por lo general, los gerentes de los supermercados recuperan lo robado, pero dejan ir a las personas cuando se trata de un caso evidente de extrema necesidad”, señaló Pedrocca.

El titular del Suvico asegura que se trata de situaciones “muy complejas y difíciles, delicadas, porque estamos frente a casos de mucha necesidad. No es lo mismo robar una bebida alcohólica que un paquete de yerba o de fideos. Los guardias saben identificar entre un caso y otro”. Según Pedrocca, por lo general estos robos sólo quedan registrados en los libros de guardia de los supermercados, sin que sean denunciados ante la Justicia. Ni siquiera se da aviso a la Policía.

“Desde el sindicato estamos preocupados por esto, y lo vamos a plantear ante la patronal para que se defina un patrón de conducta para los vigiladores. Para que cada guardia sepa cómo actuar, diferenciando a los ladrones de aquellas personas que actúan por desesperación y necesidad”, dijo.

En ese sentido, Palpacelli explicó que cada supermercado tiene su propia política de actuación frente a estos casos. “A veces, lo que se hace es denunciar el hecho a la Policía. Pero dependiendo del caso, otras veces se advierte a la persona y se la deja ir. No es lo mismo robar una botella de fernet que un paquete de arroz. Si bien ambos robos perjudican económicamente al negocio, también hay un principio de ética y criterio que hay que considerar”, dijo, aclarando que es su opinión personal.

Más alarmas

Más allá de la decisión de realizar (o no) la denuncia de estos hechos, los supermercados vienen tomando por su cuenta algunas medidas para reducir los hurtos de alimentos en los locales. De hecho, cada vez son más los productos que se exponen en las góndolas con alarmas individualizadas.

Primero fueron las bebidas alcohólicas, como el whisky o el fernet, pero en los últimos meses se han sumado varios artículos de tocador y hasta bandejas con cortes de carne y productos lácteos de cierto valor.

“Todavía no hay una gran inversión de las cadenas supermercadistas en este tipo de controles, por el alto costo que implican. Pero aquellas que sí los han puesto en práctica los utilizan como una manera de neutralizar los robos de los productos de mayor valor, porque ayudan a minimizar los desvíos de stock”, indicó Palpacelli.

Cuál es el significado de “hurto famélico”

Una figura jurídica histórica utilizada como atenuante. El origen de la expresión “hurto famélico” se remonta al derecho romano (furtum famelicus). El Código Penal español, de 1822, fue el primero en regular un atenuante por robo, apreciable en razón de “la necesidad justificada de una persona de alimentarse o vestirse en circunstancias calamitosas”.

FUENTE Y FOTOS: La Voz del Interior

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