LOS CRUCES ENTRE MACRI Y ALBERTO DOMINARON EL PRIMER DEBATE PRESIDENCIAL

Desde el comienzo mismo de la noche, y a pesar de la estructura conservadora que evita los diálogos directos entre los presidenciables, el candidato del Frente de Todos remarcó las "mentiras" del presidente y las contrastó con sus propuestas.

Mauricio Macri jugó con apego al libreto oficial que apenas abandonó para atacar al candidato a gobernador bonaerense del Frente de Todos, Axel Kicillof. Alberto Fernández confrontó directo con el Presidente, pero intentó matizar sus cuestionamientos con propuestas de gestión. 

En la tercera posición, Roberto Lavagna también apuntó a la herencia del gobierno de Cambiemos en materia económica y buscó diferenciarse con contadas observaciones a la etapa kirchnerista. Nicolás Del Caño insistió con imponer la agenda diferenciada de la izquierda y José Luis Espert y Juan José Gómez Centurion profundizaron su sesgo conservador.

A 15 días de las elecciones nacionales del 27 de octubre próximo, los seis candidatos presidenciales que lograron sortear el primer test electoral de las PASO, protagonizaron este domingo en Santa Fe el primer debate obligatorio que transcurrió sin grandes sorpresas en relación al desarrollo de la campaña inusual que dibujó el hiperpolarizado resultado de las Primarias del 11 de agosto.

Ese cuadro puso a Macri y Fernández en el centro de la escena: el candidato del opositor Frente de Todos -aventajó por casi 17 puntos al oficialismo en las PASO- protagonizó los intercambios más intensos con el Presidente, pero también estuvo en el foco del resto de los postulantes opositores que hicieron subrayados sobre varias de las iniciativas que el postulante del frente peronista-kirchnerista dio a conocer en las últimas semanas.

Fernández apuntó a Macri desde el minuto uno. En los primeros 45 segundos de presentación recordó las “mentiras” del mandatario en el debate presidencial de 2015 y, sin nombrarlo, rescató la figura de Daniel Scioli. El ex gobernador y candidato fallido del PJ escuchaba entre los invitados al Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral. El debate -el primero de carácter obligatorio en virtud de la Ley 27.337 sancionada en 2016- se desarrolló en tres bloques y giró alrededor de cuatro ejes temáticos: relaciones internacionales; economía y finanzas; derechos humanos, diversidad y género; y salud y educación.

El duelo

Macri arrancó apegado a los habituales giros discursivos de la comunicación oficial. Fue, llamativamente, quien introdujo el impacto social de la crisis económica. “Sé que fue difícil llegar a fin de mes, que la clase media hizo el mayor esfuerzo”, señaló. Y agregó: “Tenemos que cambiar y alcanzar un consenso. Pensé que iba a ser más simple, pero estoy esperanzado en lograr un acuerdo para una economía estable”.

Sobre el final del primer bloque, levantó la temperatura con críticas a la política internacional de la etapa kirchnerista y la relación con Venezuela. Y subió la apuesta con un dardo directo a Kicillof quien en los últimos días estuvo en el blanco de la Casa Rosada por una declaración sobre el desempleo y la venta de drogas en la Provincia. “Me imagino que Kicillof va a poner una narcocapacitación en las escuelas”, dijo.

Con un claro deja vu 2015, sobre el final dejó de lado los mensajes propositivos y buscó asimilar a su rival con el “kirchnerismo”. “No hay caso, el kirchnerismo no ha cambiado, ahora son los cancheros del atril”, subrayó.

Fernández transitó las más de dos horas de debate con una consigna clara: refutó cada una de las cifras que Macri aportó sobre los índices de la economía y la inversión en educación y salud. Tampoco esquivó la agenda sobre el caso Venezuela -”quiero que los venezolanos sean quienes resuelvan su situación y no quiero allí soldados argentinos”, dijo- y planteó una posición clara a favor de la despenalización del aborto.

“Me impresiona cuando el Presidente dice lo que dice. No sé de qué país habla”, fue el recurso que utilizó en varias oportunidades para rechazar las estadísticas a las que apeló Macri. Y agregó: “De los 39 mil millones de dólares que dio el Fondo, se fugaron 30 mil millones que se los llevaros sus amigos, presidente. Esa es la única verdad; mintió hace cuatro años y es hora de que deje de mentirnos”. Minutos antes, el Presidente lo había chicaneado afirmando que “dos de cada tres pesos que se tomaron de deuda fue para pagar deuda del gobierno anterior”. “Ay presidente, presidente. Pensé que ibamos a hablar en serio...” repitió en varios de los cruces con el mandatario.

¿Aliado?

Lavagna utilizó varias de sus intervenciones para, en el mismo tono que Fernández, rechazar los datos, números y cifras expuestas por Macri. Incluso se adelantó al candidato del Frente de Todos al establecer que la pobreza y el hambre eran el resultado del primer derecho humano vulnerado por el gobierno de Cambiemos.

El candidato de Consenso Federal se mantuvo apegado a su rol de economista y apenas rozó la discusión política. “Los argentinos vivimos una complicada crisis, no va a ser fácil, pero vamos s salir como salimos en el 2001”, puntualizó.

Además de los guiños en materia económica, coincidió con Fernández en advertir que nadie conoce los términos del acuerdo con la Unión Europea que el gobierno de Cambiemos exhibió -y exhibe- como uno de sus mayores logros de gestión.

Del Caño y la agenda Espert-Centurión

El candidato del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) enfatizó desde el principio en la agenda propia: utilizó parte de una de sus intervenciones para hacer un minuto de silencio por las víctimas de la crisis de Ecuador y repartió en términos casi idénticos críticas al macrismo y al candidato del Frente de Todos. “Macri se va con cuatro millones de personas que cayeron en la pobreza. Los grandes bancos ganaron y también las privatizadas”, puntualizó.

Gómez Centurión -durante toda la transmisión superó los tiempos permitidos con una dinámica que pareció tener poco de casual y mucho de estudiada- y Espert mostraron su carta más rancia en el bloque dedicado a las propuestas de derechos humanos. Ambos reflotaron el concepto del “curro” de los derechos humanos que hizo famoso Macri que, en ese plano, evitó las confrontaciones y se mantuvo apegado al discurso neutral.

FUENTE Y FOTOS: Tiempo Argentino

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