"Es un milagro, es un caso excepcional que pueda sobrevivir con una bala en el cráneo", aseguraron fuentes inobjetables a Periodismo365. Médicos del Hospital Pediátrico de Resistencia decidieron no extraer la bala alojada en la cabeza de un niño saenzpeñense, pero le salvaron la vida con un procedimiento intensivo que le permitirá al chico regresar a Sáenz Peña en las próximas horas a continuar su tratamiento. "El menor se recupera pero deberá vivir con una bala en su cabeza hasta que pase un tiempo y se pueda extraer. Y hasta es probable que el proyectil quede alojado allí de por vida", indicaron las mismas fuentes.
FOTO: Ilustrativa - Cabe recordar que el menor Gerardo Flores, de 11 años de edad, fue trasladado de urgencia el pasado domingo al mediodía cuando fue baleado en medio de los graves incidentes que se produjeron en el Barrio Hipólito Irigoyen de nuestra ciudad.
Fuentes cercanas a la causa consultadas por Periodismo365 en la noche de este jueves, explicaron que "es un caso excepcional, un verdadero milagro ya que muy pocos sobreviven a un tiro en la cabeza. El niño llegó el domingo al Hospital Pediátrico de Resistencia, ingresó lúcido en todo momento, con un orificio por herida de arma de fuego en el arco superciliar izquierdo. La bala se alojó en el lado parietal izquierdo de la cabeza. El paciente es COVID positivo, ya está con alta neuroquirúrgica y la bala no se va a extraer después de la evaluación de dicho equipo", consignaron.
Las mismas fuentes afirmaron que como consecuencia de la herida de bala en la cabeza, "el niño tiene una Hemiparesia Braquicrural, lo que va a requerir rehabilitación por ser COVID positivo. Va a seguir internado pero ya en Sáenz Peña, para seguir con el esquema de medicación y antibióticos", detallaron. Hasta el momento se desconoce el calibre del proyectil y quien pudo haber sido el autor del disparo, por ahora de origen incierto.
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