VICENTIN SE QUEDA SIN DINERO PARA PAGAR SALARIOS A SUS 1.200 TRABAJADORES

Vicentin se queda sin dinero para cumplir con salarios. El dilema o el misterio es de dónde saldrán los recursos para pagar a los 1.200 empleados directos que tiene Vicentin. No sólo Vicentin hizo morder el polvo a 2.600 productores que entregaron sus granos sino que otras tres empresas del rubro del corretaje también dejaron un tendal.


Fue un duro golpe para la agroexportadora la suspensión del grupo Olio, que alquilaba dos plantas en San Lorenzo y Ricardone. Sin recursos frescos crece la incertidumbre. Además, la administración de Perotti considera extemporánea la decisión que el juez Lorenzini tomó esta semana.

En apenas tres días, las ambiciones del grupo Olio, que alquila las dos plantas de Vicentin en San Lorenzo y Ricardone, que poseen 1200 empleados, se estrellaron. A través de tres resoluciones, que dictaron una tras otra desde el miércoles al viernes, el Banco Central y el Ministerio de Agricultura de la Nación le bajaron el pulgar a un holding empresario, sospechado –según una investigación de la entidad bancaria- de no liquidar hasta el 30 de noviembre 450.341.892 dólares. Este monto representa –de acuerdo al Central- un “incumplimiento en la liquidación de divisas” del 97,8 por ciento de las operaciones de exportación de Díaz y Forti, la empresa del grupo que capitanea este brazo del negocio.

El contrato de fasón de las plantas de Ricardone y San Lorenzo, que comenzó en mayo y fue renovado hace menos de un mes con la venia del juez del concurso, es hoy la principal entrada de fondos de Vicentin, que lo usa para pagar los salarios. Sin este dinero y sin otro operador a la vista que pueda reemplazar al grupo capitaneado por extravagante empresario Ariel Olio Vicentin entra en una zona roja, con un peligro de quiebra inminente.


Aunque por carriles separados, pero que coincidió en el tiempo, el juez de la convocatoria Fabián Lorenzini decidió nueve meses después de la apertura del concurso intervenir la agroexportadora, una medida cuyos fundamentos –según interpretan en el gobierno de Santa Fe- usa gran parte de los argumentos que utilizó la Inspección General de Personas Jurídicas cuando en junio pasado pidió la intervención. La decisión del magistrado no le cayó nada bien al gobernador Omar Perotti, que se enteró de la decisión de Lorenzini en el mismo momento que participaba de un acto –a través de zoom, porque está aislado con Covid- con el presidente Alberto Fernández en Venado Tuerto.

“El juez se ve venir la quiebra y trata de cubrirse”, afirmó al portal Aire de Santa Fe una alta fuente de la Casa gris, que advirtió que durante el fin de semana larguísimo el gobierno va a resolver qué hace. Se barajan tres opciones. Una es rechazar la medida del magistrado, la otra es apelar y una tercera es retirarse de la causa. “Lorenzini dispone la intervención pero deja en sus funciones al nuevo directorio de la empresa, que seguirá tomando decisiones”, se quejó un funcionario que siguió el tema de cerca desde que estalló la crisis de Vicentin.

El dilema o el misterio es de dónde saldrán los recursos para pagar a los 1200 empleados directos que tiene Vicentin. Hasta ahora ese dinero salía del alquiler de las plantas, que compartían Oleaginosa Moreno y el Grupo Olio, con una parte minoritaria de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA).

El escándalo que se generó con el Grupo Olio, cuando se conoció que no liquidaba divisas, puso a muchos contentos en el sector agroexportador que miran desde hace tiempo de reojo el crecimiento vertiginoso que tuvo este grupo que se dedicaba a la exportación de garbanzos.

Olio empezó a mostrar desde hace unos años que quería jugar en primera, una liga que es para pocos y con grandes espaldas. Por eso llamaba la atención que este holding exportara sin financiamiento de un banco, ni siquiera extranjero sino local. Lo hacía con la Mutual 18 de julio que pertenece a la familia, una financiera que fue allanada en 2018 en el marco de la megaestafa inmobiliaria.


Ariel Olio se ganó fama además de ser un empresario con un perfil diferente que el resto de sus competidores, de perfil muy bajo, de ciertos aires extravagantes. Todo el año bronceado, musculoso, con ropa ajustada y gafas color ámbar, desde hace dos años buscó a las figuras televisivas de Buenos Aires para presentar los anuncios de ampliación de sus negocios.

Oro Verde

Parado en el centro del escenario en Oro Verde, vestido con una polera beige y un saco, Alejandro Fantino fue sutil para elogiar a quien lo había contratado para presentar la compra del frigorífico Alberdi. “Lo conozco hace una hora y Ariel Olio tiene algo que en televisión se llama carisma. Si decidieras ir a Buenos Aires a caminar por los medios no sé si no terminás con Tinelli, Arielito”.

El elogio que iba dirigido a Ariel Olio, vestido con un saco ajustado, anteojos de cristal amarillos y su cabeza afeitada que brillaba como un bronce, no terminó ahí, sino con una cita de Fantino, cuyo autor es Louis Pasteur: “La casualidad solo favorece a los espíritus preparados”.

Un rubro despojado de casualidades son los negocios, en los que sí aparecen “oportunidades”. Ariel Olio es el frontman de un holding de empresas que en medio de la recesión empezó a ganar terreno con inversiones millonarias en el sector frigorífico y portuario -maneja la concesión del puerto de Barranqueras, en Chaco-, y tras la caída de Vicentin comenzó a operar a fazón las plantas de Vicentin.

En diciembre de 2018 la empresa Euro SA, uno de los socios del grupo, adquirió el 70,23 % del frigorífico Carnes del Interior, ubicado en la ruta 12, en Aldea María Luisa, Entre Ríos, que manejaba Tierra Greda Alimentos, firma del ex legislador radical Atilio Benedetti. Esa compañía, según un informe de auditoría, tenía un pasivo de más de 88 millones de pesos.

Euro SA es una empresa que nació el 17 de setiembre de 1999, en Villa Gobernador Gálvez, y que su actividad en sus inicios era el procesamiento de tripas naturales para embutidos y alimentos deshidratados para mascotas.

El 34 por ciento de su producción estaba destinado al mercado interno, y el fuerte era la exportación de productos que se usan para insumos médicos, como la bilis y la heparina, que son derivados naturales de las tripas.

Esta firma familiar, cuyo presidente es Luis Alberto Lequio, que tiene el 95,3 por ciento del capital accionario -el resto está en manos de Federico-, se asoció en 2018 al Grupo Olio para expandirse en su ramo al entrar en la compra del frigorífico Alberdi, en Oro Verde, Entre Ríos. El traspaso se produjo el 15 de mayo de ese año. El presidente de esta empresa es actualmente, según el boletín oficial de Entre Ríos, Leonardo Lequio.

Al final de su mandato, en octubre de 2019 Mauricio Macri estuvo en Oro Verde, donde participó del anuncio de la ampliación de la planta donde trabajan más de 300 operarios, donde -según se informó oficialmente- el grupo había invertido 2,5 millones de dólares.

Ese frigorífico estaba habilitado para exportar carne a Rusia, pero los nuevos compradores consiguieron en los últimos meses que el mercado externo se ampliara para ellos, al lograr que lo habiliten para vender carne con hueso a China y a Estados Unidos. Tenía además una pequeña porción de cuota Hilton de 133,8 toneladas, pero en el nuevo reparto del periodo 2020 y 2021 fue uno de los ganadores al lograr que le dieran un cupo de 242 toneladas.

El grupo Olio, ahora aliado también a la corredora Díaz & Forti y Los Reartes, se manejó desde hace 30 años con exportaciones no tradicionales a sitios que dejaban libres en el mapa del mercado los grandes jugadores, como Cargill, Dreyfus, Cofco, entre otros, explicó un analista de mercado rosarino.

Al grupo Olio lo miran de reojo en el sector agroexportador porque no quieren quemarse dos veces con leche. Opera en el mercado a través de la corredora Díaz & Forti, que nunca manejó grandes negocios. Lo que llamó la atención de los grandes exportadores -según fuentes del sector- es que el holding pagó precios altísimos para adquirir maíz para que la planta de San Lorenzo siga en marcha.

El problema puntual apareció cuando la Cámara Arbitral de la Bolsa de Comercio fijó un precio de maíz que tomaba en cuenta los valores exorbitantes que pagaba Díaz & Forti. Las quejas de los exportadores se centraron en que el grupo no realiza compras abiertas en el mercado, y ni siquiera tiene un operador físico en el recinto de operaciones. “Nadie sabe cómo hacen para comprar granos a precios tan altos si los márgenes actuales no permiten eso”, consideró un veterano operador del mercado.


No sólo Vicentin hizo morder el polvo a 2600 productores que entregaron sus granos sino que otras tres empresas del rubro del corretaje también dejaron un tendal, entre el correacopio BLD que entró en default con una deuda de 1500 millones de pesos y luego logró reacomodar el negocio a través de un acuerdo extrajudicial que le salió bien.

El 4 de enero de 2019 provocó un fuerte estruendo en el mercado de granos que la firma Sebastián Grimaldi se derrumbara con un default de 994.000.000 de pesos. La caída de Vicentin arrastró a peces gordos como Guardati &Torti, con un pasivo que ascendería a 3000 millones de pesos.

La aparición del grupo Olio alquilando la planta de Vicentin desató una serie de rumores sobre la expansión de este holding, en un sector que tiene varias caras y muchas sombras. Rumores sobran, pero no hay ningún respaldo judicial que pueda probarlos, aunque este grupo no puede romper la desconfianza con la que lo miran sectores de la “crema” de la Bolsa de Comercio, una entidad que no puede salir del fango en el que la dejó Alberto Padoán, ex directivo de Vincentin, a quien el fiscal Gerardo Pollicita pidió la inhibición de sus bienes en la causa penal sobre la posible defraudación de los créditos del Banco Nación otorgados a la cerealera.

Este tema se metió en la propia interna kirchnerista a partir de Guillermo Moreno, el ex secretario de Comercio Interior. Fue el periodista Roberto Navarro el que ligó al ex funcionario con este grupo, luego de que Moreno lanzara duras críticas a las medidas dispuestas por el gobierno de Alberto Fernández sobre Vicentin.

El ex secretario de Comercio Interior opinó horas después de que Fernández firmara el decreto 520/20, con el que dispuso la intervención de Vicentin, que “el Poder Ejecutivo no tiene facultades para intervenir” la compañía. “El peronismo no es estatista”, remató.

Navarro fue quien relacionó a Moreno con el grupo Olio, por esa reflexión al oponerse a la medida del presidente. “El dueño de Olio operó con Moreno durante muchos años. Y tenía la intención de ser él quien se terminara quedándose con la empresa. Por eso se sienten tan defraudados, tanto Olio como Moreno”, apuntó Navarro en su programa de radio.

FUENTE Y FOTOS: ReconquistaSf - Aire de Santa Fe


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