CHACO - SÁENZ PEÑA: PIDEN NO OTORGAR SALIDAS TRANSITORIAS AL QUÍNTUPLE ASESINO DE FLORES, ALOJADO EN LA UNIDAD PENAL 11

Fructuoso Álvarez González está detenido en la Unidad Penal Federal U 11 de nuestra ciudad. Es el autor material de la Masacre de Flores, donde quemó vivos a cinco integrantes de una familia. Fructuoso fue detenido por última vez en 2010, luego de haber estado prófugo dos años. Tras haber quedado removido de la causa el polémico juez Axel López, un juez interino firmó el traslado a la Unidad Penal 11 de Sáenz Peña, prisión con régimen de una granja abierta. El recluso solicita salidas transitorias, paso previo a su liberación definitiva.
Con desesperación, Matías Bagnato, el único sobreviviente de la masacre de Flores, pide que no liberen al asesino: "Si lo sueltan, paso a estar preso yo. Ahora, que está preso por mí,  me debe tener mucha más bronca. Me tiene preocupado porque es capaz de hacer cualquier cosa", expresó Matías. 
Change org acaba de lanzar su petitorio para evitar esta excarcelación (se puede firmar aquí).


Fructuoso Álvarez González.

En diálogo con el portal DiarioVeloz, cuenta cómo es vivir pendiente de lo que haga la Justicia, expresa sus temores y le agradece a su abuela haberlo sacado adelante.
Pareciera que el fuego de aquel 17 de febrero de 1994 aún no logra apagarlo. "Siento que los vuelven a matar continuamente", confiesa Matías Bagnato en entrevista con DiarioVeloz. Fructuoso Álvarez González, condenado a cadena perpetua por la Masacre de Flores, pidió el beneficio de las salidas transitorias, algo que fue rechazado por el juez José Pérez Arias. No obstante, el abogado del asesino apeló el fallo y ahora depende de la Cámara de Casación en lo Criminal y Correccional.



"No es fácil revivir siempre estas cosas porque es destructivo psicológicamente. No puedo laburar porque estoy con tratamiento psicológico", revela Matías. "Si sale, es volver a vivir un calvario como hace cinco años, volver a tener tres policías en la puerta de mi casa. Si los jueces lo sueltan, paso a estar preso yo. No es vida esto. Es mucho tiempo el dolor es muy grande", agregó.

En aquella noche, Fructuoso incendió la casa de Matías, quien perdió a sus papás, sus dos hermanitos y a un amigo de ellos. Él logró escapar y a partir de ese momento vivió un infierno del cual hoy parece no poder escaparse. "Escuchás a los jueces hablar de derechos humanos y yo me pregunto dónde están los nuestros", comentó.



Matías explica que hoy está a la espera de la resolución de los jueces Pablo Jantus, Horacio Días y Eugenio Sarrabayrouge definan el fallo. Hace cinco años ya había atravesado esta sensación de miedo cuando recibió el llamado inesperado del hombre que mató a su familia.

Luego de ser condenado en 1994, Matías continuó su vida, mientras Fructuoso Álvarez González fue beneficiado del intercambio de presos con España, donde había nacido. Según establece la ley, el beneficio se otorga en caso de tener familiares, algo que no se cumplía ya que todos sus parientes estaban en la Argentina. "En España no existe la condena perpetua, por lo que le cambiaron la pena a 'Asesinato por 20 años'. España no estaba autorizado a cambiar la condena ni a dejarlo libre. Violaron eso y en la Argentino no les importó. Entonces volvió al país en libertad", explicó.



"Hay cosas que no se van a superar más. Para mí es como si los hubiera perdido ayer, aunque hayan pasado 21 años. Y si encima se suman estas cosas. Tengo que estar todo el tiempo mirando qué pasa. Es casi una obligación, porque es por mi seguridad y la de mi abuela", expresó Matías.

Asimismo, Bagnato manifiesta que su temor no pasa sólo por lo que pueda ocurrirle a él, sino también por lo que pueda sucederle a su abuela y por la sensación de miedo que, aunque Fructuoso no vuelva a acercarse a ella, no se lo sacara jamás.



"Me dijo: 'A mí no me importa que me mate. Mi miedo es por vos'. Todo el tiempo le vuelven a matar a su única hija y a sus nietos. Con 87 años, no me parece justo que tenga que pasar por estas cosas. Ni siquiera puede vivir tranquila los últimos años de su vida por culpa de este hijo de pu... Esa es la impotencia más grande que siento", reveló.

¿Se te cruzó por la cabeza ir a verlo a la cárcel?
- No, no lograría absolutamente nada. Me acuerdo que en el juicio cuando fui a declarar lo tenía ahí nomás. El abogado de él tiró que me tenían que investigar a mí. Ya está. ¿Qué voy a hablar con un psicópata? Sus acciones me demuestran que no tendría sentido. Cuando me llamó, pensé: "¿Por qué? Si ya me recontra jodiste la vida por todos lados". No se lo llegué a decir porque me cortaba el teléfono. Es algo imposible. Cuando nos cruzamos, los dos estábamos rodeados de policías, cada uno por su lado. Pero sí, me gustaría saber por qué. Según los policías, aparentemente lo que hace es dar vuelta la situación. Es decir, me echa la culpa por haber estado preso, pero no cree que está preso porque mató a toda mi familia. Si en el 2010 tenía bronca, cuando yo hacía mi vida porque no controlaba nada, imaginate ahora, que está preso por mí. Me debe tener mucha más bronca. Me tiene preocupado porque es capaz de hacer cualquier cosa.

- Ya dejó de ser un peligro sólo para vos...
- Prendió fuego mi casa sin medir la menor consecuencia. Porque menos mal que no agarró el tanque de combustible del auto de mi viejo, porque ahí volaba la casa de mis vecinos también. No le importó absolutamente nada. En la causa aportaron un antecedente: en una audiencia aparece una pareja que tenía una inmobiliaria y que había tenido un conflicto con él. Un día les incendió la inmobiliaria. Es piromaníaco. Pareciera que siempre resuelve de esa manera: "Me cagaste, te prendo fuego".

- Daría la sensación de que no va a reinsertarse. ¿Lo imaginás toda la vida en la cárcel, como pasa con Robledo Puch?
- Ojalá Dios quiera que pase lo mismo. Hace poco estuve hablando con el padre de Ángeles Rawson. Pensaba: "En 15 años a esta gente le va a pasar lo mismo que estoy viviendo yo". Lo preocupante es que nunca sabés cómo van a salir de la cárcel. De hecho, la mayoría sale mucho peor. No digo que nadie puede salir de la cárcel. El tema es que no exista una protección para la víctima y que existan leyes en casos puntuales como estos, en entiendan que estos tipos son realmente peligrosos. No está establecido en ningún lado que "este tipo prendió fuego una casa y no se va a recuperar más".



De acuerdo al informe de los psicólogos que estudiaron al asesino, "utiliza el espacio y se muestra colaborador y hepático, se observa un discurso y acciones manipuladoras que tienden a lograr un beneficio personal, sin importarle compromiso o vínculo con otros".

Fructuoso fue detenido por última vez en 2010, luego de haber estado prófugo dos años. Tras haber quedado removido de la causa el polémico juez Axel López, un interino firmó, casi sin mirar el expediente, el traslado a un penal de Chaco, a una granja abierta, más precisamente.




No obstante, cuando asumió la causa Pérez Arias, comprendió que habían cometido un grave error y ordenó que volviera al penal de Ezeiza. "Yo no formo parte de la causa porque el problema lo tiene él con la Justicia. Pérez Arias me dijo que nada le impedía notificarme de lo que pasaba. Así como dije barbaridades de Axel López, también tengo que remarcar cuando alguien hace las cosas bien. Pérez Arias usó el sentido común. Me dijo que iba a estar al tanto de todo lo que pase. Tengo el contacto directo. Lamentablemente no depende de él, que se portó de manera ejemplar", valoró Matías.


La Corte Suprema confirmó la condena del autor de la Masacre de Flores.

¿Cuánto te sirvió haber entrado a Gran Hermano?
- En ese momento estaba sin trabajo. Mis amigos me hicieron una broma y me anotan en el casting. Fui sin la idea de que iba a quedar. Cuando me dijeron que entraba, yo no quería saber nada. Entonces mi abogada, Rogelia Pozzi, la viuda de Eduardo Aulet, asesinado por el clan Puccio, me dijo: "Mati, esto te puede servir algún día". Jamás me imaginé que iba a pasar todo esto. La historia siempre estaba presente, pero el tema judicial era algo terminado. Si él no me llamaba y me amenazaba en 2010, yo ni me enteraba que estaba suelto.

- ¿Cómo fue el día que te llamó para amenazarte?
- Cuando yo recibo ese llamado pienso: "Mi abuela y yo somos su materia pendiente". Él hubiera quedado libre y chau. Yo creo que la noche que incendió mi casa estaba convencido de que íbamos a morir todos. Nunca se imaginó que en la cama de mi abuela estaba Nicolás Borda (amigo de sus hermanos), y que yo iba a poder salir por la ventana. Tenía mucha plata. Entonces creo que si pasaba eso, quizá tapaba todo con la excusa de un escape de gas. 'Quizás quedamos los dos vivos para esto, para seguir peleando y hacer justicia', me dice siempre mi abuela.

- ¿Sentís que a otros les puede servir tu experiencia?
- Cuando fue el juicio político y las madres del dolor me contactaron por lo que había pasado conmigo, algo parecido a lo que pasó con los papás de Soledad Bargna (fue violada y asesinada en su departamento de Caballito por un hombre que disponía de salidas transitorias). Me sumé junto a su papá y redactamos un pedido para modificar la ley de ejecución penal, para que las víctimas sean parte de las causas, de estos procesos. Nos reunimos con Aníbal Fernández, quien se comprometió en llevarlo al Senado. Después quedó en la nada. Nunca se trató. Ojalá esto sirva para que otros no sufran lo mismo. Es una lucha contra todo un sistema. Este es un país donde, desgraciadamente, no se cambian tan fácilmente las cosas. Son tantas las cosas que pasan todos los días que el hecho de que las víctimas no sean parte de estos procesos me parece terrible.



- ¿Cómo hacés para seguir después de haber perdido a tu familia y con todo lo que tenés que enfrentar ahora?
- Ahora me costó mucho volver a todo esto. En un momento decís: 'Basta de vivir así'. Me costó mucho la semana pasada. Unos amigos me dijeron que lo pusiera en Twitter. Me decía: "Si sale el fallo y lo sueltan, te vas a querer morir". Me insistieron tanto que dije: "Lo pongo en Twitter". Yo no creía que los medios iban a darle tanta repercusión, y menos con el debate y el balotaje tan cerca. La semana pasada me llamabas y lloraba. Me llenó de pilas el apoyo de la gente y los medios. La gente me da mucha fuerza.

Fructuoso Álvarez González, arrestado tras asesinar a la familia Bagnato y a Nicolás Borda


- ¿De dónde sacaste la entereza para salir del momento inmediatamente posterior a lo que pasó?
- Unos días antes del incendio. Mi papá había cambiado el auto y nos fuimos a la Costa para ablandarlo. Cuando volvíamos en la ruta: mi hermano de 14 quería ir adelante. Atrás, mi mamá y mi hermanito más chico iba arriba de ella. Yo, que iba al lado, la miré a mi mamá y pensé por un segundo: "La pierdo y me muero". Esas cosas que siempre pensamos cuando somos chicos. A los cuatro días no perdí a mi mamá; los perdí a todos. Hasta que no vivís las cosas, no sos consciente de lo que podés llegar a aguantar. Tengo al lado un fierro como es mi abuela.

- ¿Cuánto le debés a tu abuela?
- Yo me acuerdo de un apretón que me dio en el brazo. Me dijo: "Matías, yo sé que me escuchás. Yo quiero que sepas que perdí tanto o más que vos. Yo te prometo que te voy a devolver todo lo que pueda y la vida me permita devolverte. Vas a tener una casa de nuevo. Pero eso sí, voy a ayudar a un nieto fuerte. Un nieto llorando en una cama, no. Así que si vos querés que tu abuela esté al lado tuyo, te levantás ya y venís a tomar mates conmigo". La miré y pensé: "No puedo estar así". Me sacó adelante. Me acuerdo de estar sentado y sentir que se me cayeran las lágrimas. Ahí me golpeaba el brazo y me decía: "Arriba, eh, arriba que no se llora. Hay que enfrentar las cosas. Hay que ponerle huevos". Una mujer única. Yo pensaba: ella perdió a su única hija, se quedó sin casa, yo estaba en calsonsillos, y encima se tenía que ocupar de todo esto. Me da bronca que, con 87 años, tenga que vivir así.


Matías Bagnato, único sobreviviente a la masacre de toda su familia. Pide que el asesino detenido en la Unidad Penal 11 de Sáenz Peña, no sea beneficiado con salidas transitorias.

- ¿En algún momento se te cruzó por la cabeza el suicidio?
- Obvio. Yo sentí mucha culpa durante varios años. A mí me duele la ausencia de todos, pero, al ser el hermano mayor, la muerte de mis hermanos me destruyó. Así como pensaba que podía perder a mi mamá y morirme, nunca me imaginé que iba a enterrar a mis hermanos de 9 y 14 años. Pensaba: "¿Por qué salí por la ventana? ¿Por qué no le dije  a Fernando que se quedara en mi cuarto?". Al tiempo entendí que no fue mi culpa, que simplemente fue lo que tocó y que hice lo que pude. Y por otra parte estaba mi abuela. Si yo no me salvaba, ella se pegaba un tiro. Siempre que se me cruzó por la cabeza, lo descartaba inmediatamente, porque si me mataba, mi abuela se moría automáticamente. Si se me cruzaba por la cabeza preguntarme para qué vivo, me acordaba que tenía que vivir por mi abuela, que hizo mucho para que yo me formara profesionalmente, que fuera una persona sin rencores, sin odios.

FUENTE Y FOTOS: Diario Veloz - Infobae - Periodismo365

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