La falta de cuidados ante las altas temperaturas, pueden provocar los “golpes de calor” y una deshidratación que, a la vez, “puede llevar a una baja de la presión arterial en casos severos”. Según explicó el Dr. José Stenberg, especialista en pediatría, cardiología infantil y medicina del deporte, estas situaciones se previenen tomando los recaudos necesarios.
Entre ellos, la alimentación es un factor elemental, aunque poco tomada en cuenta. “La más adecuada debería incluir cinco raciones de frutas y verduras diariamente, limitar el consumo de azúcares y de grasas saturadas (manteca, crema de leche, frituras, cerdo, piel de aves, hamburguesas, salchichas, yema de huevo, chocolate)”, indicó el profesional.
También será necesario “limitar el consumo de bebidas alcohólicas y de sal (sobre todo en hipertensos), comer pescado dos veces por semana por lo menos, comer fibras, limitar consumo de carne roja y hornear comidas en lugar de freírlas”.
El verano es una época ideal para incorporar frutas y verduras a la dieta, lo que no requiere horas y horas en la cocina.
Los síntomas de la hipotensión:
Se considera que la presión es baja, cuando al medirla resultan cifras de 9/6 (90/60) o inferiores.
Hay personas que son hipotensas por naturaleza y mantienen su presión en valores similares. Sin embargo, cuando disminuye de forma abrupta suele producir los siguientes síntomas:
-Palidez.
-Mareos y pérdida de equilibrio.
-Sensación de agotamiento y cansancio extremo.
-Sensación del cuerpo pesado, especialmente en las extremidades.
-Debilidad, falta de energía.
-Adormecimientos en piernas, manos o en la cabeza.
-Palpitaciones.
-Sensaciones de irrealidad, confusión, dificultad para pensar con claridad.
FUENTE: Nuevo Diario - Periodismo365 - Imágenes Ilustrativas
