La desocupación empieza a convertirse en uno de los principales problemas del mercado laboral. Se acerca a los dos dígitos y se profundizan los problemas para salir de ella. Casi el 40% lleva más de un año sin conseguir empleo.
La situación del mercado laboral y de los trabajadores es cada vez más compleja. En el horizonte de los asalariados se presenta fuerte el temor a la desocupación y los últimos datos disponibles ratifican la caída del poder adquisitivo del salario.
Según la información de los primeros meses del año, es decir, del período previo a la fuerte devaluación de la moneda y sus consecuencias negativas en términos de inflación, pérdida de ingresos reales, caída de la actividad económica y retracción del empleo, ya era un hecho.
Según el último informe elaborado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA de los Trabajadores, el mercado de trabajo “en ese período evidenció dificultades que seguramente se ven agravadas en el escenario actual y el de los próximos meses”.
“En el 1° trimestre del año la tasa de desocupación alcanzó el 9,1%; casi dos millones de personas desocupadas en el país”, explican el trabajo. Pero da cuenta de como se instala el problema: “La persistencia de un elevado nivel de desocupación se refleja en un aumento en la duración del desempleo: el 39,4% de los desocupados lleva más de un año en la búsqueda de una ocupación”.
Según el estudio publicado en las últimas horas, “en los 4 primeros meses de 2018 no se generó en absoluto empleo registrado, dado que el escaso aumento en el empleo asalariado fue compensado por una caída en la cantidad de trabajadores independientes, revirtiendo la tendencia previa”.
Respecto de los ingresos, CIFRA refleja que el poder adquisitivo promedio de las remuneraciones registradas del sector privado tuvo una leve caída en el 1° cuatrimestre. “Para los próximos meses sólo cabe esperar una reducción mayor como resultado de la aceleración inflacionaria”, agregan.
Respecto de los cierres paritarios, para el centro de estudios “puede proyectarse que aumentos salariales del 15% implicarían como mínimo una pérdida de poder adquisitivo del 12% a fin de 2018, mientras que aumentos del 25% se corresponderían con una reducción del 4%”.
FUENTE, INFOGRAFÍA Y FOTOS: InfoGremiales
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