Cuidar la salud pública es clave, por eso el Senasa brinda dos aspectos para quienes realizan esta actividad y contribuyan a evitar riesgos.
La triquinosis es una zoonosis parasitaria endémica en nuestro país. Las personas se enferman al consumir carne insuficientemente cocida o cruda, o productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres como el jabalí o el puma, que contienen en sus músculos larvas de parásitos del género Trichinella.
En algunas provincias se desarrollan actividades de caza de ciertas especies, a partir de esto, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda dos pautas para que quienes las practican contribuyan a evitar riesgos y prevenir la triquinosis.
En primer lugar, quienes se dedican a estas prácticas cinegéticas (conjunto de técnicas y estrategias empleadas y sistematizadas para cazar animales) y elaboran productos y derivados con carne de cerdo o animales silvestres (como chacinados, embutidos y salazones) deben recurrir a los laboratorios habilitados para realizar la prueba de digestión artificial antes de ingerirlos, ya que es la única que corrobora que la carne sea apta para el consumo.
“Luego de finalizada la actividad de caza no dejar las carcasas a disposición –en el campo– de otros animales silvestres o domésticos porque pueden recircular esta parasitosis y no cortar el ciclo: es importante disponer de manera segura de estos restos de caza”, indica como segunda pauta para cuidar la salud pública la médica veterinaria Tatiana Aronowicz, del área de Zoonosis de la Dirección Nacional de Sanidad Animal del Senasa.
Los laboratorios habilitados para realizar la prueba de digestión artificial se ubican en distintas localidades del país y están destinados a la atención de los requerimientos propios de cada región. De esta forma, al cumplir con las pautas que brinda el Senasa, los cazadores evitan riesgos y contribuyen al cuidado de la salud pública.
Periodismo365