Los dueños de la centenaria compañía aseguraron que tienen el objetivo de contener mayores tensiones para el mediano plazo. “Se necesita una mayor optimización de costos y así se mitigará el impacto de los efectos de la crisis en la compañía”, dijeron en un comunicado con la rúbrica del apoderado, Alberto Ignacio Grimoldi. La firma empezó a operar en 1895 y desde los años '80 comercializa marcas como Hush Puppies, Kickers, Aldo y Merrell.
Las reuniones con el gremio no fueron productivas y sin un acuerdo con los trabajadores comenzó esta semana la reducción formal de la plantilla. Se emitieron varios telegramas de despido y se les ofreció a los empleados una indemnización al 50 por ciento.
La otra posibilidad para los cesanteados es tomar indemnizaciones al 100 por ciento pero con un plan de pagos. Se trata de un riesgo porque la devaluación o un nuevo salto inflacionario puede licuar las cuotas con el correr de los meses.
El retroceso de las ventas es una de las principales tensiones de Grimoldi pero no es la única. La compañía tiene además una fuerte deuda en dólares y empieza a recibir una baja nota en la calificación de sus pasivos.
La calificadora de riesgo Fix indicó que la perspectiva para la empresa es negativa porque el 70 por ciento de sus cuentas se encuentran en moneda extranjera. Las ventas en pesos y en baja y los pasivos en dólares ofrecen una mala combinación para cualquier establecimiento productivo.
“La devaluación impacta directamente en la rentabilidad de Grimoldi a través del esquema de importaciones y el pago de regalías por las licencias de marcas extranjeras. El 80 por ciento de las ventas de 2018 fueron de productos importados”, agregó Fix. El sector calzado es uno de los más afectados por la caída del consumo y la suba de los costos, a lo que se suma la exposición de Grimoldi a los efectos de la devaluación.
FUENTE Y FOTOS: Página/12