CRISIS Y ALTO ENDEUDAMIENTO EN LA FABRICANTE DE BIZCOCHOS 9 DE ORO Y ACEITE CAÑUELAS

La fabricante de los 9 de Oro, complicada económicamente. Aunque también afectada por un consumo en detrimento, el momento de incertidumbre que transita Molino Cañuelas representa más bien una consecuencia de los números en rojo que arrastra desde hace al menos tres años.

Dueña de etiquetas reconocidas como los bizcochos 9 de Oro, los aceites Cañuelas y la harina Pureza, la firma -según pudo confirmar iProfesional- se mantiene al borde de la liquidación de activos a partir de un endeudamiento cercano a los 1.400 millones de dólares. Consolidada en el segmento alimenticio como la mayor procesadora de trigo de la Argentina, Molino Cañuelas podría ceder hasta el 90 por ciento de su estructura a los bancos acreedores.

Bajo control de la familia Navilli, Molino Cañuelas mantiene deudas con Banco Nación, Macro, HSBC, Provincia y Santander, además de incumplimientos con CMF, COMAFI, Hipotecario, BBVA, Ciudad y Galicia. Según se detalla en la base de datos del Banco Central (BCRA), Molino Cañuelas tiene compromisos a saldar por más de 20.000 millones de pesos.

Las sucesivas devaluaciones, sumadas a una baja en los números de comercialización, terminaron acentuando la crisis de una compañía que ya en 2018 debía más de 760 millones de dólares. No es la única empresa de Navilli en problemas: su controlada Compañía Argentina de Granos (CAG), dedicada al acopio de cereales y oleaginosas, también se ve aquejada por un endeudamiento multimillonario.

Molinos Río de la Plata y Ledesma

Afectada por la caída de demanda y la imposibilidad de trasladar los mayores gastos al precio de productos, Molinos Río de la Plata es otro de los "peso pesados" de la alimentación con balances en rojo. La firma en cuestión concluyó 2019 con pérdidas por encima de los $1.000 millones y ya en los primeros tres meses de este año sumó otro balance negativo por $114 millones.

"Los incrementos de costos no trasladados en su totalidad a precios impactaron en un significativo deterioro del margen bruto", advirtió Molinos Río de la Plata en un comunicado enviado a las autoridades de la Bolsa porteña durante la primera mitad de mayo.

La imposibilidad de incrementar los valores en las góndolas a partir del congelamiento establecido por el Gobierno para determinados productos impide, al menos por ahora, comenzar a torcer los malos resultados que la compañía viene acumulando en los últimos tiempos.

Por el lado de Ledesma, la azucarera perdió más de $1.500 millones en 2018, reconoció un rojo superior a los $1.100 millones llegando al final del año pasado, y en medio de la cuarentena avanzó con el pedido de ATP para cubrir los salarios de su plantel de empleados.

A fines de abril, la compañía que controla la familia Blaquier informó a sus trabajadores la decisión de reducir los sueldos un 30 por ciento "de acuerdo a la necesidad de la firma de convocarlos o no a cumplir tareas en el contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio", según confiaron fuentes gremiales.

El interrogante en el ámbito de las grandes pasa por el acontecer de Arcor que, a diferencia del rojo con que concluyó diciembre del año pasado, cerró el primer trimestre del 2020 con una ganancia del orden de los 476 millones de pesos.

Justo después irrumpió la pandemia, el aislamiento con merma en la demanda de determinados alimentos, la afectación intensa del poder adquisitivo de los consumidores. Es decir, se consolidó un escenario negativo imposible de anticipar para la dirigencia de la compañía.

Resta saber, superada la primera mitad del año, cuán afectados resultaron los números de Arcor por la pandemia y, por supuesto, el pronóstico comercial de cara a un segundo semestre con -lo presupone todo el sector alimenticio- menos dinero en el bolsillo de los eventuales clientes.

FUENTE Y FOTOS: iProfesional

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