Desde que China reconoció la presencia del virus y puso en cuarentena a más de 750 millones de personas para evitar la difusión de los contagios, los temores se difundieron más allá de sus fronteras e, incluso, de Asia.
El miedo que ha generado la propagación del virus ha llevado a caídas en las bolsas, en los precios del petróleo y también impactó en la industria del turismo y los viajes. Un mes y medio después de esta “guerra total” al coronavirus, China ha reducido drásticamente el número de casos nuevos y fallecidos al día.
“Hemos analizado la tendencia de las infecciones. Hasta ahora, los contagios en otros lugares distintos a Hubei han caído casi a cero desde finales de febrero”, explicó Zhang Baoli, uno de los 14 expertos del grupo que lucha contra la epidemia.
A tenor de las estadísticas, Zhang espera que todas las “ciudades aparte de Wuhan estén básicamente libres de pacientes del coronavirus a mediados de marzo. La esperanza es que Wuhan no tenga casos nuevos a finales de marzo”.
En un trágico cambio de tornas, ya son muchísimos más los casos nuevos detectados cada día fuera de China que en este país. Además de los brotes en Corea del Sur, Japón, Irán e Italia, el coronavirus va expandiéndose a una velocidad vertiginosa por todo el planeta.
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