CRISIS: AUMENTAN LOS CHEQUES RECHAZADOS Y EL ENDEUDAMIENTO FAMILIAR

La economía argentina muestra señales de alerta con creciente endeudamiento de familias y empresas en medio del ajuste y la caída del poder adquisitivo.


Los contrastes entre el relato y la realidad de la economía argentina comienzan a mostrarse día a día con más fuerza. Mientras Javier Milei exhibe como logro central la desaceleración de la inflación, y un dibujado y forzado superávit fiscal, los indicadores financieros advierten que el costo social y productivo de la política de ajuste sin fin comienza a hacerse evidente. El sistema bancario ya registra una creciente presión sobre la capacidad de pago y aumenta el endeudamiento tanto de los hogares como de las empresas.

De acuerdo con datos recientes del Banco Central de la República Argentina (BCRA), a los que accedió la agencia Bloomberg, la morosidad en las tarjetas de crédito alcanzó en marzo el nivel más alto en tres años. En paralelo, los préstamos personales registraron una tasa de mora del 4,1%, el mayor valor en nueve meses. Estos datos sugieren un deterioro progresivo en el poder adquisitivo de las familias, afectado por el estancamiento de los salarios reales y la persistencia de una inflación de dos dígitos.

Dificultades crecientes en el sistema financiero

A esto se suma un aumento significativo en los cargos por deuda incobrable dentro del sistema financiero, lo que refleja crecientes dificultades para recuperar los créditos otorgados. La situación también se agrava en el plano corporativo, donde los cheques rechazados alcanzaron en abril cifras récord desde la pandemia de 2020: más de 64.000 documentos fueron rechazados, con una tasa del 1,3% respecto al total compensado.

Gastón Rossi, director del Banco Ciudad, calificó el panorama en declaraciones periodísticas como “una luz amarilla” para la economía. “La cobranza de los créditos se está volviendo más pesada”, advirtió, al subrayar que las señales actuales no deben subestimarse en un contexto de ajuste fiscal sostenido.

Impacto en el crédito y la actividad empresarial

El endurecimiento de las condiciones financieras afecta también al acceso de las empresas al crédito. Sectores como la construcción, el comercio minorista, la industria y el entretenimiento reportan dificultades crecientes para financiarse. Muchas compañías, que en el pasado aprovecharon oportunidades en pesos o atadas al tipo de cambio oficial, han perdido el acceso a mercados de capitales que antes resultaban atractivos gracias a los controles cambiarios.

El levantamiento de esas restricciones, en parte promovido por la gestión actual, modificó el perfil del inversor local, que ahora tiene nuevas herramientas para dolarizar su cartera. Como consecuencia, los mercados muestran una actitud más cautelosa ante la deuda corporativa, lo que afecta la liquidez y eleva el riesgo de default.

Empresas en crisis y advertencias sobre el futuro

Los casos más notorios de los últimos meses lo ilustran con claridad. Albanesi SA incumplió un pago de intereses; Celulosa Argentina SA advirtió sobre una posible cesación de pagos de bonos; el productor de cítricos San Miguel AGICI debió anular una emisión de deuda en el mercado local el 13 de mayo; y Aconcagua Energía recurrió al financiamiento externo por 250 millones de dólares, sin éxito debido a la escasa demanda.

Al escenario de las empresas grandes hay que sumar la crisis en producción, cadena de pagos, etcétera, que va desde Lácteos Verónica a las galletitas Tía Maruca y pymes de todos los rubros. “El Gobierno se enfrenta a una difícil elección: estabilizar o estimular”, afirma Rossi. “Ha optado por reducir la inflación lo antes posible, incluso si los salarios reales se estancan o bajan ligeramente”.

El objetivo prioritario de “aniquilar la inflación”, tal como se advirtió reiteradamente, tiene un costo inmediato que recae sobre la actividad económica y el crédito, comprometiendo la recuperación futura. Comienza a llegar la famosa “paz de los cementerios”.

FUENTE Y FOTOS: Sitio Andino

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