En la Exposición de Palermo se vivió una hora de romance entre Milei y la Rural, pero para el campo no cambió casi nada y el esquema de retenciones volvió a los niveles de junio. Hasta aquí el gobierno le sacaba uno de cada tres camiones de soja que cosechaban. Ahora le sacará uno de cada cuatro.
Nunca más necesario recordar que aunque la Exposición de Palermo acerca al campo a la ciudad, la Sociedad Rural Argentina (SRA) no representa a todo el campo ni mucho menos. Solo de ese modo se entiende que el presidente de la Nación, Javier Milei, haya vivido una hora y cuarto de romance político con este sector de la comunidad agropecuaria sin necesidad de hacer grandes anuncios reales para los productores genuinos.
El mandatario confirmó apenas un nueva y leve reducción de las retenciones a las carnes y la reintroducción de la rebaja de retenciones a los granos, comenzando por la soja, a los niveles que tenían en junio pasado. Pero estos anuncios fueron suficientes para ganarse los elogios del dueño de casa, Nicolás Pino, y los aplausos de una tribuna que se pronunció con claridad política, apoyando este gobierno y deplorando el modelo anterior. De hecho, la mayor ovación de la mañana se escuchó cuando se hizo mención a la condena de la ex presidenta Cristina Kirchner.
Romance de ida y vuelta, pero que no cambia demasiado la situación de estrechez económica que vive el sector, ni resuelve las urgencia de muchos productores. En el caso de las carnes, ahora tributarán 5% de retenciones en vez del 6,75%. Con los cereales las alícuotas vuelven a 9,5% en vez de 12%; Con la soja, que aporta el filón de los 8.000 millones de dólares que le extraerá el Estado a los chacareros este año, volvemos a tasas del 26% en vez del 33% vigente ahora. Es decir, hasta aquí el gobierno le sacaba uno de cada tres camiones de soja que cosechaban. Ahora le sacará uno de cada cuatro.
El costo fiscal de este medida es poco relevante en relación a lo que cada año recauda de retenciones. Este nuevo 20% de rebaja implica cerca de 1.500 millones de dólares de devolución al sector, pero la mayor parte de ese dinero (unos 900 millones de dólares) ya se perdió en el tramo que fue de enero a junio pasado, cuando el chacarero se vio convidado a adelantar sus ventas con la rebaja temporal del tributo y así el Banco Central pudo aliviar sus reservas con divisas frescas. Así las cosas, el costo real sería de unos 600 millones de dólares para lo que queda de cosecha por vender. La señal es más potente pensando en la nueva siembra de la campaña 2025/26, que en el caso de los granos gruesos comienza en septiembre.
En los hechos, lo que hizo el gobierno para zafar del operativo cerrojo que le había tendido la Mesa de Enlace. planteándole concretamente a Milei la necesidad de reducir el peso de las retenciones, fue retrotraer el esquema de retenciones temporales que rigió entre fines de enero y el 30 de junio pasado. Era lo que habían pedido antes todas las entidades, pero que el Ejecutivo desestimó hacer cuando venció ese plazo. Lo hace ahora como si fuera un nuevo anuncio. Y así se ganó el aplaudo de una tribuna que se desvivía de ganas de aplaudir.
Pero en los hechos, aunque ayuda, esta baja de las retenciones agrícolas no modifica sustancialmente las cosas en el campo que está más allá de la General Paz. A lo sumo aliviana un poco la situación de los productores, y mejora algo los números agrícolas en un contexto donde ya era inviable la siembra de soja en campos arrendados, que son 70% del total. Una encuesta de los Grupos CREA advirtió ayer que la superficie sembrada con soja la próxima primavera podría caer 11% en el anterior contexto. Con la reimplantación de retenciones en los niveles de junio pasado, quizás se reduzca ese cifra.
La diferencia sustancial con el pasado reciente, en todo caso, es que el presidente Milei prometió que esta vez la rebaja no tendrá marcha atrás, como sucedió el 1 de julio, cuando el gobierno defendió la temporalidad del beneficio para forzar una corriente de ventas de soja y acelerar el ingreso de divisas. “Estas retenciones son permanentes y no tendrán vuelta atrás mientras yo esté en el gobierno”, bramó el mandatario. Lo aplaudieron aunque haya motivos para descreer: el ex presidente Mauricio Macri prometió lo mismo en 2015 y dos años después tuvo que retroceder.
La medida tendrá un impacto fiscal relativo en las cuentas públicas, que es lo que más preocupaba al ministro de Economía, Luis Caputo, quien ingresó al predio como si fuera una figura estelar, junto al propio Milei y su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, sobre una camioneta negra marca Toyota, saludando al publico desde la caja. El auto que Milei utilizó el año pasado no servía para esta ocasión, porque mal podrían los tres haber asomado la cabeza al mismo tiempo por el techo corredizo.
Lo que es seguro es que este retrotraer los escenarios no hará crecerá ni la superficie sembrada, ni se desencadenará una ola de inversiones por parte del sector. A lo sumo, y si los precios de los granos se sostienen, servirá para mantener el buen trato entre el gobierno libertario y las entidades rurales, que tienen una agenda mucho más amplia de demandas.
No llegó el momento todavía en que un gobierno genere las condiciones que reclamó Nicolás Pino, el presidente de la SRA, en su discurso previo al del titular del Poder Ejecutivo. El dirigente recordó que desde 2002 el campo había aportado 200.000 millones de dólares, y se quejó de que ese dinero haya desaparecido sin generar ningún tipo de beneficio.
El presidente de la SRA recibió muchos aplausos cuando pidió que se continúe con la reducción de la carga impositiva para “poder liberar nuestra capacidad productiva” y poder producir 200 millones de toneladas de granos, 8 millones de toneladas de carnes, o 14 mil millones de litros de leche.
Bueno, eso no es lo que sucedió este sábado en la pista central de la Exposición Rural de Palermo. Apenas el gobierno desandó el camino de suba que había escrito el mes pasado, y agregó algunos puntos más de rebaja para la carne bovina y aviar. No mucho más que eso, nada de desanudar las ataduras. Y mucho menos presentar un cronograma de reducción del tributo, hasta su eliminación final.
Aún así, a Milei le sobró para revalidar una alianza política y hasta afectiva con este sector del agro. Que es el que se muestra en la Exposición en Buenos Aires, pero que lejos está de contener todo lo que sucede más allá de la General Paz.
FUENTE Y FOTOS: Bichos de Campo