Cada 8 de mayo, los fieles católicos conmemoran la devoción a la Virgen María bajo la advocación de la Virgen de Luján. Nota al Pie relata la historia de esta celebración y algunas de las actividades que se realizan en su honor.
El miércoles ocho de mayo se celebra la festividad de la Virgen de Luján, Patrona de Argentina, así como de las rutas argentinas (1944), la Policía Federal (1946) y los ferrocarriles argentinos (1948).
Su imagen venerada se encuentra en la Basílica de Luján, ubicada en San Martín 51, Luján, Provincia de Buenos Aires. Uno de los eventos más destacados en su honor es la Peregrinación Anual, en la que los fieles católicos recorren unos 60 kilómetros a pie desde Buenos Aires hasta el santuario para expresar gratitud, solicitar intercesiones y orar.
En este día, se llevarán a cabo varias misas en la Basílica de Luján, programadas desde las 8:00 hasta las 19:00 horas. Además, la ceremonia será transmitida en vivo a través del canal de YouTube del Santuario de Luján.
El Santuario Jesús Sacramentado (ubicado en Avenida Corrientes 4433, CABA) organiza una de las actividades en honor a la Virgen de Luján. En esta ocasión, recibirán la imagen réplica de la Virgen, la cual será bendecida durante la misa de las 19:00 horas.
A partir de las 17:30 horas, se llevará a cabo un acto en el atrio del templo religioso, donde los fieles podrán dejar sus intenciones escritas, las cuales serán colocadas a los pies de la imagen de Nuestra Señora de Luján. Posteriormente, al término de la misa, se realizará una pequeña celebración con aportes voluntarios.
Conociendo la historia de la Virgen de Luján
La historia se remonta al año 1630, cuando un hacendado portugués radicado en Santiago del Estero solicitó a un compatriota desde Brasil el envío de una imagen de la Inmaculada Concepción de María.
Curiosamente, su amigo envió dos imágenes, las cuales fueron transportadas en carretas hasta el Puerto de Buenos Aires. Sin embargo, un hecho inexplicable ocurrió cuando una de los vehículos se detuvo misteriosamente en el partido de Pilar, a orillas del Río Luján.
Pese a que les conductores vaciaron la carreta, ésta sólo avanzaba cuando la caja que contenía la imagen de la Virgen, era bajada del transporte. Finalmente, estos llegaron a la conclusión de que la Virgen María, quería quedarse en esas orillas.
El suceso se difundió entre vecinos y aledaños, quienes llevaron la imagen, realizada en arcilla a la capilla más cercana. Durante los años que estuvo instalada, recibió como ofrendas piezas de lana y ganado vacuno, por lo que se la llamó “la Virgen Gaucha”.
Finalmente, la figura se trasladó en 1904 hacia la Basílica de Luján. El sitio religioso, se inauguró el cuatro de diciembre de 1910, cuando el obispo de La Plata, Monseñor Juan Nepomuceno, lideró el acto de bendición en el interior del edificio. La Basílica, recibió su título oficial como tal, el 15 de noviembre de 1930, otorgado por la Santa Sede y al celebrarse el Tricentenario de la Virgen de Luján.
La Imagen de la Virgen de Luján
La imagen de la Virgen de Luján, de apenas 38 centímetros, es una representación modelada en arcilla cocida (terracota), con un rostro ovalado de tono moreno. Se erige sobre nubes, desde donde emerge una media luna y cuatro querubines con sus alas extendidas. Está cubierta con una túnica blanca y un manto azul-celeste, la Virgen tiene las manos juntas sobre el pecho. Para preservar su integridad, fue recubierta con una coraza de plata, previo a la toma de moldes para su reproducción auténtica.
En 1887, fue colocada sobre una base de bronce con la inscripción «Es la Virgen de Luján, la primera Fundadora de esta Villa», junto a una aureola de 12 estrellas. Desde el tres de diciembre de 1871, fecha de la primera peregrinación general al Santuario de Luján, millones de personas llegan anualmente desde todos los rincones del país. Este santuario es uno de los más importantes de Latinoamérica y del mundo.
En una audiencia general del 8 de mayo del 2013, el Papa Francisco, recordó de forma especial a la Virgen de Luján, a quien profesa una especial devoción. Ese día el Sumo Pontífice le encomendó con la frase: “Todas las alegrías y preocupaciones de los argentinos” y pidió, “un aplauso bien fuerte para la Madre de Dios”.
FUENTE Y FOTOS: Nota al Pie
