Los trabajadores, entre el drama y el miedo. Lucas Felici, secretario gremial del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero, explicó por la 750 que los trabajadores tomaron la decisión de no abandonar los puestos de trabajo hasta tanto tener una respuesta.
“El conflicto está cada vez más complicado”, explicó Lucas Felici, secretario gremial del Sindicato del Personal de Industrias Químicas y Petroquímicas de Río Tercero, sobre el conflicto que sigue escalando en la Petroquímica Río Tercero. La empresa, con sede en Córdoba, lleva más de 300 despidos en el último año. Desvinculó dos tercios de la planta que tenía hasta octubre pasado y a mediados de julio paralizó la producción por completo.
Los 125 trabajadores que quedan fueron dispensados en un contexto en el que, este martes, vence la conciliación obligatoria que dictó el Ministerio del Trabajo y sobre el que la empresa no dio ningún tipo de respuesta.
“La empresa no presentó ninguna propuesta. Solo presentó un abogado con nada. La fábrica está parada. Tomamos la decisión de no abandonar los puestos de trabajo. Porque tampoco han pagado las indemnizaciones. El conflicto está cada vez más complicado”, explicó Felici. Y añadió: “Ellos hablan de dispensa. Con la cantidad de personal que han dejado dispensado tampoco pueden poner en funcionamiento la planta. Estamos en la antesala de un cierre”.
Tras lo que agregó: “Han presentado una convocatoria de acreedores un par de días después de haber despedido al personal. Pero todavía no le dieron apertura a esta convocatoria. Por lo que la empresa se está manejando de forma irregular”.
El conflicto comenzó en octubre de 2024 con una primera ola de 140 despidos. Aunque los sindicatos lograron la reincorporación de una treintena de trabajadores fue el final definitivo de la producción de TDI, insumo clave de la industria colchonera, siendo que la empresa es controlada por los dueños del grupo Piero, la marca de colchones. Luego, en julio llegó otra tanda de 124 despidos, sumando a los 80 trabajadores que realizaban tareas de mantenimiento -afiliados a la UOCRA- y que también fueron despedidos.
FUENTE Y FOTOS: Página/12