Milei se acerca a China. Un hombre de Caputo viajó a buscar inversiones en minería e infraestructura. Mientras el presidente festejaba el triunfo de Trump, el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo, tuvo reuniones mano a mano con empresas chinas para que se sumen al RIGI.
Mientras el presidente Javier Milei celebraba con entusiasmo el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y empezaba a armar las valijas para tomar un avión privado a Miami en busca de una nueva foto con el republicano, un importante funcionario del Gobierno promovía el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) en China, con el objetivo de conseguir mayores desembolsos de ese país en litio y de fondeo para infraestructura y otros recursos estratégicos.
El secretario de Coordinación de Producción del Ministerio de Economía, Juan Pazo, viajó a Shanghai la semana pasada y estuvo en Beijing, antes de continuar una gira asiática rumbo a Tokio. El funcionario, que responde al ministro Luis Caputo, representó al Gobierno en la séptima edición de la Exposición Internacional de Importaciones y Exportaciones (CIIE, por sus siglas en inglés) de Shanghai. Se trata del megaevento al que, se dijo a fines de septiembre, iba a asistir Karina Milei. La feria contó con la habitual presencia del sector ganadero, con un stand de 50 metros cuadrados del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA). Pazo también encadenó reuniones para mostrarles el RIGI a inversores chinos.
En Shanghai se reunió con ejecutivos de la minera Tibet Summit Resources, que participa junto con otras empresas de su país en el proyecto Sal de los Ángeles, en Salta, y que todavía está en etapa de factibilidad. También mantuvo conversaciones con Gotion High Tech, fabricante de baterías de litio que había anunciado, en 2022, un desembarco en Santa Fe. Además, se reunió con ejecutivos de Power China, con parques eólicos en Salta, Chubut y Buenos Aires, y con la firma de celulares ZTE.
En Beijing, la agenda continuó con bilaterales con empresas que no tienen proyectos en el país pero que “mostraron mucho interés”, según fuentes oficiales. Pazo se reunió con ejecutivos de la Corporación de Aluminio de China (Chinalco), una de las empresas más grandes de producción de minerales no ferrosos y que opera una mina de cobre en Perú. También con directivos de Jiuling Lithium, empresa que desarrolla productos derivados del cloruro de litio y provee a automotrices, como Tesla, y a gigantes chinos de la fabricación de baterías, como BYD, SAIC y CATL. “Esta firma cuenta con proyectos en Nigeria y Zimbabwe y está a la búsqueda de nuevas posibilidades de expansión”, comunicó el Gobierno. Otra bilateral fue con el director de la empresa de infraestructura China National Chemical Engineering Construction Corporation (CNCEC), Yingke Lawico.
Las reuniones terminaron de confirmar el giro pragmático en materia de inversiones del Gobierno. “China es un socio comercial muy interesante, porque ellos no exigen nada, lo único que piden es que no los molesten”, le dijo Milei a Susana Giménez a fines de septiembre.
El presidente pasó de no negociar con comunistas a buscar activamente el fondeo de la potencia asiática, que habilitó la renovación del swap cambiario, mantuvo abierta la negociación por las represas de Santa Cruz y sigue con su apuesta estratégica por la renovación del Belgrano Cargas, uno de los pocos proyectos de inversión que sobrevivió en el proyecto de Presupuesto 2025.
China vs. Estados Unidos y Europa
El road show de Pazo continúa, ahora, en Japón. Pero el tono de las reuniones en China contrasta con la promesa de Trump de endurecer los ya altos aranceles a productos de ese país. La novedad de Marco Rubio como secretario de Estado del futuro gobierno republicano confirma esa dirección.
Rubio, promocionado como “amigo” de Argentina por su declaración en favor de que el FMI acelere la ayuda a la administración de Milei, es enemigo declarado de China, que lo sancionó en 2020. El contraste del político de origen cubano es Elon Musk, preocupado por la importación de autos eléctricos que compitan con Tesla en Estados Unidos, pero con sus propias gigafactorías e inversiones en la potencia asiática.
Hasta la semana pasada, el road show del RIGI se enfocaba en Occidente. A comienzos de octubre, los gobernadores de provincias mineras viajaron a la London Metal Exchange Week a buscar inversores, con el secretario de Minería, Luis Lucero. Los inversores se focalizaron en el cepo cambiario y en el esquema jurídico que habilita a las empresas a ir a tribunales internacionales sin escala. Si bien el RIGI permite un trámite exprés para la salida de divisas desde la primera exportación -que, en el caso de la minería de litio, se cuenta a partir del primer envío para estudios de laboratorio, por lo que es rápida- la complejidad del esquema cambiario argentino está en todas las conversaciones con multinacionales.
El registro de empresas inscriptas en el RIGI no cuenta con firmas chinas por el momento. En minería, los proyectos anotados son el de la coreana Posco en Salta (El salar del hombre muerto) por unos USD 2000 millones; el vecino Hombre Muerto Oeste, en Catamarca, en cabeza de la australiana Galán, y, recientemente, el yacimiento de oro Gualcamayo, en San Juan, propiedad de la firma radicada en Delaware, Estados Unidos, Eris LLC.
Según fuentes del sector, hay un lobby activo de países europeos y de Estados Unidos para recuperar terreno en la carrera por el litio. La Mineral Security Partnership, la alianza entre Estados Unidos, Unión Europea y países como Australia, Canadá, Corea, Reino Unido y otros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), busca asegurar el abastecimiento de minerales críticos que hoy domina China. Las actividades, por ahora, son mayormente de soft power: becas, viajes de relacionamiento y actividades promocionales. Pero empiezan a abrir vías de financiamiento para proyectos que, ahora, pueden subirse al RIGI.
FUENTE Y FOTOS: Cenital